Siempre que en el Distrito Nacional caen lluvias considerables, las calles se transforman en anchos mares que evidencian la falta de un sistema de drenaje efectivo; caminar en la ciudad se ha convertido en una hazaña, en la que los transeúntes deben jugárselas entre el tráfico y los hoyos de las aceras que, cuando no están ocupadas por vendedores ambulantes o algún taller, funcionan con parqueos que compensan la poca oferta de estos espacios en un Distrito Nacional cada vez más congestionado de vehículos.
Ese escenario, que el urbanista Erick Dorrejo y muchos ciudadanos califican de caótico, es la herencia que el electo alcalde del Distrito, David Collado, recibirá de Roberto Salcedo, alcalde actual, que aunque implementó algunas iniciativas urbanísticas en los 14 años que tuvo al frente del cabildo, deja una amplia carpeta de temas pendientes.
Continuar las políticas de recuperación de los espacios públicos, tales como las áreas de parques, riberas de ríos y debajo de los elevados; lograr una reglamentación del uso de las aceras y crear espacios de parqueo son parte de esos pendientes que sugiere Dorrejo.
Pero, sobre todo, el gran reto para Collado que advierte el urbanista será el poder articular y coordinador las acciones necesarias para resolver males que son transversales entre el gobierno local y central.
Dorrejo cita el tema de transporte y del drenaje pluvial que sobrepasan la capacidad económica y operativa del cabildo para poder resolverlos.
“Al ADN por sí mismo no puede enfrentar solo estos temas, requiere la participación del gobierno nacional. El drenaje, aunque legalmente le corresponde al ADN, por un tema de recursos, requiere del concurso del gobierno central, pues además hay muchos factores que requieren de intervenciones de otras instituciones como Obras Públicas, la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD)”.
Para mejorar el transporte, entiende necesaria un pacto político que permita impulsar un modelo que complemente el Metro de Santo Domingo, con sistema de autobuses eficiente, comprometiéndose el cabildo a generar las paradas y las rutas necesarias.
A su juicio, se trata de un asunto complejo que se puede resolver en cuatro años, pero que el alcalde debe iniciar con la articulación de los sectores que tienen que intervenir.
Dorrejo destaca que en los 14 años de gestión de Salcedo, en el ADN se impulsó políticas para el control de los desechos, incrementó la frecuencia en la recogida y creó rutas especiales y acuerdo con comunidades para el manejo de la basura en los lugares donde no llegaban los camiones. Pero falta tecnificar más esos servicios y aumentar las iniciativas de reciclaje.
También el tema de la disposición final de los desechos que requiere de un liderazgo para articular a las demás alcaldías del Gran Santo Domingo en la creación de mejores condiciones del vertedero.
Además, se debe avanzar en las políticas de uso de suelo, pues aunque existe un plan de zonificación indicativa de densidad, se requiere de instrumentos para el replanteo e identificación de las zonas por los diferentes usos, según el arquitecto.