¿Te da pena pedir un día libre en la oficina o lo consideras una necesidad para recargar baterías, pero no sabes cómo decírselo a tu jefe?
Cuando Amy Vale, una ejecutiva de mercadeo de Nueva York, se toma un día libre, no llama a su oficina el mismo día con una voz ronca y tos de tuberculosa para justificar su ausencia, pero tampoco explica en su oficina por qué no asistirá.
Muchos empleados usan el día de descanso para tomar unas «vacaciones» cortas, aunque no se sientan físicamente mal.
«Existe la percepción que si te tomas el día de descanso por salud mental, o te estás escapando del trabajo realmente estás atravesando un mal momento», comenta Vale.
Aun cuando en muchas compañías incluyen más beneficios para que los trabajadores puedan tener un mejor equilibrio entre su vida personal y laboral,algunos encuentran intimidante pedir el día libre.
En muchos casos el empleado se ve forzado a decir cuál es la razón por la cual se está tomando el día libre. Y nadie quiere dar muchas explicaciones.
Luego el otro problema es cuando tienes el permiso para ausentarte: muchas veces no sabes qué hacer con ese tiempo libre.
Expertos en recursos humanos vienen promoviendo la instauración de días de descanso mental que permitan a los trabajadores disminuir el estrés.
A diferencia de las vacaciones, que usualmente están orientadas a disfrutarlas con la familia, los días de descanso o de «salud mental» -como algunos los llaman- están dedicados a la persona en sí.
Un día de descanso puede transformarse en dos semanas de mayor productividad»
«Un día de descanso puede transformarse en dos semanas de mayor productividad», comenta Michele Caron. «Cuando nos cansamos, nos volvemos descuidados y cualquier tarea nos toma más tiempo completarla».
Para Amy Vale, los días de descanso son para pasarlos cerca de la playa, leer una revista y desconectarse de Internet.
«Mientras más tiempo paso conectada todos los días a través de mi teléfono, más valoro estos momentos de descanso fuera de la red».
Planifica
En un plano personal, tomar un día de descanso en el último minuto es poco valioso, porque es realmente difícil desenchufarse de la oficina.
Para Maggie Mistal, una coach en desarrollo de carreras profesionales que trabaja en Nueva York, acordar el día de descanso con tus jefes y compañeros de trabajo significa que habrá menos oportunidades de recibir interminables llamadas o de tener que revisar correos durante todo el día fuera de la oficina.
«Tienes que manejar las expectativas con las personas a tu alrededor», comenta Mistal.
«Si tratas de salir escondido de la oficina, no va a funcionar muy bien».
Según los expertos, si decides que vas a tomar tu día de descanso, es preferible decirlo directamente.
Si bien en compañías grandes puede que no sea sencillo comunicar tus planes de ausentarte de la oficina, en las empresas pequeñas con equipos de trabajo reducidos, es una práctica muy saludable.
El mensaje clave a decir es que tomarás un día de descanso para desconectar y recargar tus baterías; y que volverás fresco y con nuevas ideas.
Por ello, mientras estés afuera no vas a estar revisando tu correo electrónico.
«Solo dilo con seguridad», explica Caron, recordando que hay muchos gerentes promoviendo en sus equipos que el personal tome días de descanso.
«Los jefes están comprendiendo que han secado la energía de sus equipos de trabajo».
Qué hacer
Más que ser espontáneo a la hora de decidir qué hacer con tu jornada libre, conviene hacer una agenda con antelación.
Escoge ese día hacer algo diferente, de modo que te alejes lo más posible a tus actividades rutinaria, y que no termines en tu día libre lavando en la casa la ropa acumulada.
De acuerdo con Susan Begeman Steiner, de Zurich, un plan ideal para algunos puede ser una salida a un parque o pasar la tarde en el cine.
Algo que también puede a ayudar a estructurar el día es planificar las comidas y con quién las disfrutarás.
Simplemente no te levantes de la cama y esperes que surja de la nada algo divertido para hacer»
«Simplemente no te levantes de la cama y esperes que surja de la nada algo divertido para hacer».
Otro elemento clave es no esperar hasta que estés en completo estado de estrés.
Mistral sugiere crear un calendario de días libre cada trimestre o luego de la etapa final de un proyecto grande.
Es mejor planificar estas fechas libres con antelación, que cuando te encuentras en un período difícil en la oficina.
Desconectar de verdad
Begeman Steiner sugiere que la gente no utilice la etiqueta de día de descanso o «salud mental», para que sea más sencillo pedirlo y utilizarlo en algo recreativo.
La mayoría de los ejecutivos en Europa no están familiarizados con la idea de tener días de salud mental, y puede llegar a confundir a los trabajadores.
La especialista sugiere llamarlos «días de desconexión», para que sea más sencilla su discusión con los superiores.
De cualquier forma, los expertos sugieren que los trabajadores hagan un verdadero esfuerzo por desconectarse completamente durante 24 horas.
Si por la naturaleza de su trabajo no puedes dejar de revisar sus correos por un día, hazlo moderadamente.
De lo contrario, físicamente «te tomarás el día libre, pero mentalmente estarás pendiente del trabajo», explica Caron.
«Pasas el día fuera de la oficina, pero te sientes culpable».
Vale suele colocar su teléfono en modo de vuelo para desconectar tanto la recepción de llamadas como de datos, sin perder la posibilidad de revisar correos o mensajes de voz.
Tener la seguridad de que cuando quiera podrá verificar si llegó algo importante a su correo le brinda tranquilidad mientras está fuera de la oficina.
Cosechando los beneficios
Begemen Steiner señala que una vez que los empleados regularizan la toma de días libres, los resultados en términos de incremento de productividad y disminución del estrés en los equipos de trabajo, se perciben en toda la compañía.
Incluso con tomar solo un día libre se siente menos presión por las fechas límite de entrega de los proyectos.
«Es un día en el cual estás ayudando a otras personas con solo relajarte tú mismo», comenta Begemen Steiner.