Más que un jugador de fútbol, quien integró la selección Dominicana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1974, que un pelotero que sobresalió con el Licey, en el país y los Azulejos de Toronto, en Grandes Ligas, Dámaso García fue un guerrero que tuvo la fortaleza para levantarse a cada batalla en la que los propios médicos le anticipaban que tenía perdida.
Así lo define su propio hijo, Damasito García, con idéntico nombre, quien aunque hoy llora la partida de su progenitor a los 65 años, muestra el orgullo del gran ejemplo y legado dejado por éste, de que si se batalla por sobrevivir lo hará.
“Cuando en julio de 1991, a mi padre lo operaron por primera vez de un tumor cerebral, los doctores solo le dieron las posibilidades de tener ocho meses de vida, pero con su espíritu competidor que siempre tuvo pudo vivir 29 años más”, relata un compungido, Damasito, un talentoso miembro de la crónica deportiva del país.
“Desde niño quise ser como mi padre, un hombre que enfrentaba las batallas, primero en el campo de juego ya sea en fútbol o el béisbol, pero estas fueron más pronunciadas cuando los doctores en la mayoría de los casos lo descartaban con su tiempo de vida, pero esto en lugar de entristecerlo, le brindaba tanta fortaleza que se levantaba una y otra vez en busca de continuar su ritmo de vida de la forma en que las enfermedades lo dejaban”, relata Damasito sobre su padre, a quien la salud golpeaba con dureza, pero mantenía su firmeza como podía y dando muestra de sus buenos años como futbolista y en el béisbol de Grandes Ligas.
Otra cirugía en el tumor cerebral que volvió a desarrollar en 1996, una parálisis en la parte derecha de su cuerpo, un par de derrame, una caída desde el segundo nivel del hogar hacia el primero, diabetes, la pérdida del habla, mortificaron a García desde ese 1991, pero mantenía ese gran espíritu por vivir.
En medio de esta prolongada enfermedad vio crecer y convertir en profesionales a sus dos hijos, Damasito (35 años) y Sara (39), observar el nacimiento de sus tres nietos y permanecer mayor tiempo con su esposa, Haydee, quien nunca se despegó de su lado durante su extenso tiempo en cama.
Será velado y sepultado hoy
Dámaso, quien falleció ayer será velado este jueves en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln y sepultado a las 11:30 de la mañana en el cementerio Puerta del Cielo, en absoluta intimidad, como marca el protocolo actual dispuesto por el Gobierno Dominicano, debido a la pandemia que azota al país y al mundo en general.
Opinión compañeros y amigos
Algunos de sus buenos amigos lo recuerdan con respeto, admiración y gratitud. “Se me ha ido un gran compañero, me ayudó mucho durante mi carrera, recuerdo que cuando en un partido me ibas en blanco, era el primero que me ponía las manos sobre los hombros y me decía, no te apures mañana conectara dos o tres hits”, expresó Alfredo Griffin al Listín Diario.
De hecho, Griffin y Damasito formaron entre 1980 y 1984, año en que Alfredo se marchó a Oakland y su puesto en el campocorto fue ocupado por Tony Fernández.
Griffin y García fue la primera gran combinación de doble matanzas entre dominicanos, con tanto éxitos que en ocasiones era comparada con un binomio de lujo que para la época integraban Lou Whitaker y Alan Tramell con los Tigres de Detroit.
“Tremendo jugador, un atleta sin par y mejor compañero”, agregó Griffin, quien en esa época le puso el apodo de el Mulato, a quien a su brillante juego también unió con un buen temperamento que lo convirtieron en un ídolo en Toronto, que con la presencia de Epifanio Guerrero, quien lo firmó se convirtió en una franquicia admirada en Dominicana.
Como pelotero, Roosevelt Comarazamy, periodista y uno de sus buenos amigos señala que García siendo un jugador llamado free swinger (libre swing), contaba con unas cualidades innatas, poco habituales para conectar la pelota hacia el lado derecho. “Siempre se caracterizó por su inteligencia, tanto con el bate como con el guante”, agrega el veterano periodista.
De su lado, Mario Soto, por largos años uno de sus principales amigos y compadre, resaltaba que García era un hombre ejemplar, habían fortalecido su amistad cuando este fue negociado en 1988 a los Bravos de Atlanta y desde entonces todo fue de tanta unión que hasta socios en algunos negocios fueron.
Ambos adquirieron el solar del local en que hoy está alojada la Federación Nacional de Peloteros Profesionales, que se ha convertido en una edificación de cinco niveles. García presidió la misma y la abandonó en el 2001, luego de tener ya varios años de su enfermedad.
Su historial en béisbol
García fue un destacado jugador en los años 80´s, mayormente con los Azulejos, también actuó para los Yankees, su primer conjunto, Bravos y Expos. Su última campaña en las Mayores se produjo en 1989 a los 34 años, tras 11 años. En 1997 fue exaltado al Pabellón de la fama del Deporte Dominicano
Nativo de Moca, García había debutado en las Mayores a los 23 años, el 24 de junio de 1978 con los Yankees. Antes de firmar fue un destacado jugador de fútbol en su provincia e integró la selección Dominicana en los XII Juegos Centroamericanos efectuados en el país en 1974.
El fue un dos veces miembro del equipo Todos Estrellas, en 1984 y 1985.
Algunos registros
Average en GL.
De por vida fue un bateador de .283 (3,914-1,108) pegando 36 jonrones, 183 dobletes y tuvo 323 empujadas.
Con el Licey
En el béisbol dominicano fue un miembro durante siete campañas (1977-1984) de los Tigres del Licey, equipo con el que bateó .266 de por vida.
Junto a Tony
Su muerte se produce casi 2 meses después de la Tony Fernández.