Si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando al ritmo actual el deshielo en la Antártida puede contribuir en más de un metro al aumento del nivel del mar en 2100 y en más de 15 metros en 2500, según los resultados de un estudio publicado hoy en la revista Nature.
El informe, de las universidades de Massachussetts Amherst y la Estatal de Pensilvania, indica que el deshielo sugerido por el modelo usado por los expertos “sería suficiente para doblar” las recientes estimaciones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático sobre el aumento del mar en los próximos cien años.
El científico Robert DeConto, de la Universidad de Massachusetts, señaló, en un comunicado, que “esto podría suponer un desastre para muchas ciudades a baja altitud. Por ejemplo, Boston podría experimentar en los próximos cien años un incremento del nivel de mar de más de 1,5 metros”.
Sin embargo, “la buena noticia es que una reducción agresiva de las emisiones limitará el riesgo de un retroceso considerable en la capa de hielo de la Antártida”, agregó el experto.
DeConto y David Pollard, de la Universidad Estatal de Pensilvania, desarrollaron un modelo que tiene en cuenta los procesos físicos vinculando el calentamiento atmosférico con las dinámica de los hielos, por ejemplo el efecto de la superficie del agua derretida en la desintegración de la capas de hielo y el derrumbe de los acantilados de hielo.
El estudio muestra que si las emisiones de gases con efecto invernadero no se reducen la capa de hielo de la Antártida tiene la capacidad de contribuir en más de un metro al aumento del nivel del mar en 2100 y más de 15 metros en 2500.
Además, el calentamiento atmosférico se convertirá en el principal responsable de la pérdida de hielo y el calentamiento prolongado de los océanos retrasará la recuperación del hielo “durante cientos de años”.
Estas nuevas estimaciones de aumento del nivel de las aguas fueron comparadas por los expertos con episodios pasados de incremento del mar y retroceso de los hielos ocurridos en la última era interglaciar (hace entre 130.000 a 115.000 años) y en el Plioceno (hace 3 millones de años).
Los investigadores descubrieron que el deshielo debido al océano es una causa importante de la reducción de las plataformas de hielo donde el agua templada entra en contacto con ellas, pero en escenarios con altas emisiones de gases invernadero, el calentamiento atmosférico se convierte con rapidez en el primer responsable de la pérdida de hielo en la Antártida.