BOGOTÁ – El presidente venezolano Nicolás Maduro dijo que convocará una asamblea nacional constituyente (ANC) para reescribir la carta magna del país que fue redactada, usando ese procedimiento, en 1999.
Maduro declaró en un discurso televisado que los cambios propuestos fomentarían la construcción “de una paz verdadera” en momentos en que su gobierno se ha visto sacudido por protestas cada vez más frecuentes que han provocado una veintena de muertes.
“¿La oposición quiere elecciones? Poder Constituyente. ¿Quiere paz? Poder Constituyente. ¿Quiere diálogo? Poder Constituyente”, declaró Maduro.
El plan fue rechazado casi de inmediato por la oposición venezolana, que criticó al proceso como un intento de evitar elecciones.
En el discurso durante el Día Internacional del Trabajo –cuando tanto el chavismo como la oposición celebraron manifestaciones–, Maduro dijo que los cambios a la carta magna permitirán “derrotar con la constitución” lo que tildó de una embestida fascista por parte de los disidentes y una presunta intervención extranjera.
Sin embargo, las alusiones a convocar una ANC no son nuevas. Ya el 23 de abril había leído un documento del fallecido Hugo Chávez en el que se instaba a impulsar un proceso similar: “Para refundar la república a través de una Asamblea Nacional constituyente popular de los campesinos, de los indígenas, de la ama de casa. Una Asamblea Nacional popular obrera y campesina”.
El plan del presidente venezolano coincide con un momento desesperado para su gobierno. Cientos de miles de venezolanos han salido a protestar en Caracas y en otras ciudades acusándolo de ser un dictador y demandando que se lleven a cabo elecciones que su gobierno ha pospuesto.
Para muchos, el llamado al proceso constituyente es un esfuerzo para evitar esos comicios, que las encuestas indican que perdería el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, y de enfocar la atención en algún tema distinto a la crisis política.
“Desde mi punto de vista, están en una situación desesperada en tanto que no saben cómo seguir por medio de los mecanismos normales, como las elecciones”, dijo Enrique Sánchez Falcón, constitucionalista de la Universidad Central de Venezuela.
Líderes opositores como Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda que perdió por poco las elecciones presidenciales de 2013 y recientemente fue inhabilitado, rechazaron la propuesta de Maduro como un “fraude constitucional” anunciado por un “dictador”.
Capriles convocó al “pueblo a la calle y a desobedecer semejante locura” vía su cuenta de Twitter.
No queda claro cómo Maduro planea cambiar la constitución. Algunos expertos jurídicos dijeron que la asamblea constituyente podría ser aprovechada para refrendar los cambios en las atribuciones de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición y que ha recibido embates por parte del supremo tribunal.
El mismo Maduro indicó que uno de los ejes del proceso constituyente será revisar “nuevas formas de la democracia participativa”.
Expertos como el abogado Gonzalo Himiob Santomé han alertado de que, desde la convocatoria hasta la aprobación del nuevo texto constitucional, todo el proceso puede durar hasta dos años. “Un grave riesgo de la ANC es que, como ya pasó antes (el 12 de agosto de 1999) ésta se ‘auto atribuya’ (sic) el poder de abolir las instituciones”, escribió en su cuenta de Twitter.
Hasta el momento en las protestas masivas que se han registrado durante el último mes en contra de Maduro han muerto 29 personas.
La situación económica del país sudamericano, con una escasez severa de alimentos y medicinas, así como la decisión del tribunal supremo de asumir los poderes de la asamblea, llevaron a la ronda más reciente de manifestaciones.
A instancias de Maduro, la corte revirtió buena parte de su decisión. Pero los opositores venezolanos acusan que Maduro sigue gobernando de manera autoritaria.
Hugo Chávez fue el último presidente en convocar a una constituyente en 1999, poco después de asumir el poder y de declarar sus planes para impulsar reformas socialistas que buscan beneficiar a los venezolanos de las clases populares.