Será un sábado, para que mucha gente pueda seguirlo por televisión. Y el 19 de mayo, para que Kate Middleton, cuñada de los novios, esté ya recuperada del parto de su tercer hijo, previsto para abril. Esa misma tarde se juega la final del torneo de fútbol más antiguo del globo, el esperado FA Cup, en el estadio de Wembley, y el príncipe William entregará la copa. Así que a la realeza le espera un día muy agitado y lleno de emociones.
El príncipe Harry, de 33 años y Meghan Markle, de 36, celebrarán su boda en la capilla San Jorge del Castillo de Windsor, un sábado que quebrará con la tradición de hacerlo un día de la semana. Se oficiará en el emblemático lugar donde descansan varios de los grandes reyes británicos, lugar en el que Harry fue bautizado en 1984 y donde recibieron la bendición religiosa Carlos y Camila, después de la unión por civil en 2005.
En la capilla de estilo gótico que data del siglo XV habrá lugar para 800 invitados y se especula con que la recepción podría ser en el magnífico salón San Jorge del Castillo, que fue restaurado después de los incendios de 1992.
Los casará el arzobispo de Canterbury, después de bautizar y confirmar a Meghan, que está divorciada desde 2013, pero que a pesar de ello cuenta con el beneplácito de Isabel II. Porque, como dicta el protocolo, Harry le pidió permiso a su abuela para casarse con Markle. Y tan de acuerdo está la soberana con el enlace, que además la invitó a pasar Navidad con la familia real en la casa de campo de Sandringham, en Norfolk.
Ahora la preocupación de Meghan es definir con qué regalo sorprenderá a la reina Isabel en Navidad, porque como dicta el protocolo debe llegar con un obsequio para la anfitriona. Los prensa rosa ha debatido sobre el tema y han llegado a la conclusión de que el presente será hecho especialmente para la reina y elaborado con su propias manos, como lo hizo hace unos años la encantadora Kate Middleton a la abuela de su esposo, el príncipe William.
La duquesa de Cambridge contó, en su momento, que estaba desesperada sobre qué comprarle a la reina, de 91 años. Ella optó por cocinarle un chutney de calabacín, (pasta de zucchini) ,de la receta de su propia abuela, un regalo verdaderamente considerado que le llevó horas.
“A ella (a la reina) realmente le importa”, dijo Middleton a ITV. “Recuerdo estar en Sandringham, por primera vez, en Navidad. Y me preocupaba qué regalarle a la reina. Pensé en lo que le daría a mis propios abuelos, hasta que se me ocurrió hacerle algo. Podría haber resultado algo malo, pero decidí hacer la receta de chutney de mi abuela“.
