No cabe duda de que las Madres llevan a cabo el que pudiera llamarse el rol más importante en el mundo, llevar por nueve meses una criatura en su vientre y ser un genuino sinónimo de amor sin condición, ternura y abnegación, debido a esto, son incomparables e insustituibles.
Tradicionalmente, acercándose el Día de las Madres, es muy común ver muchos anuncios publicitarios, mensajes, o sencillamente escuchar a personas hablando sobre lo valioso con son las madres, sin embargo, ¿Qué tal si verificamos qué dice la Biblia sobre ellas?.
La Biblia, el cuál es el libro en el que está fundamentado el Cristianismo, en varios versículos muestra lo importante que es una madre. Veamos algunos ejemplos:
«Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da».
Éxodo 20:12
En este pasaje de Éxodo, está establecido el cuarto mandamiento, «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra». Aunque es una frase directa hacia los hijos, sin dudas está haciendo honor y dando méritos a los padres. Según lo que establece esta cita bíblica, es tan importante honrar a una Madre, que entre todos los mandamientos, ese es el único que lleva consigo una promesa, ya que dice que los días del hijo que honrare a sus padres, serán alargados.
El amor de una madre comparado con el de Dios
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
Isaías 49:15
En este versículo, Dios usa al amor de una mamá con hijo para comparar la manera en que él también ama a la humanidad. ¿Algo increíble no?.
El texto quiere dar a entender por medio de una pregunta que así como una madre no se olvida de lo que dio a luz, es decir, su hijo/a, así tampoco Dios se olvidará de los suyos. A raíz de este versículo es que surge la frase: «El único amor que se parece al de Dios, es el de una madre».
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En la Biblia también encontramos otra interesante manera en la que una virtud de una madre es comparada con la naturaleza de Dios. Veamos este ejemplo:
Salmos 127: 1 dice: «Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican». o sea, el que verdaderamente puede edificar, es decir, mantener estable o en armonía una casa, es Dios. Sin embargo, la biblia también dice en Proverbios 14:1: «La mujer sabia edifica su casa», al decir «su casa», está haciendo referencia a «una familia», por lo que se puede inferir que está el escritor está hablando de una madre sabia. En otras palabras, las únicas en el mundo capaces de igualar algo que solamente hace Dios, es una madre.
El amor de una madre es sin condición
El libro de 1 Reyes capítulo 3, redacta la historia de dos madres que dormían junto a sus dos bebés recién nacidos, una noche mientras dormían, una de ellas sin querer se acostó sobre su hijo y lo asfixió, al darse cuenta de que estaba muerto, intercambió su bebé muerto con el de la otra madre.
Al amanecer, la mamá del niño vivo se dio cuenta de la situación y que la otra madre había intercambiado al bebé, como forma de solucionar el problema, se dirigieron hacia el Rey Salomón, ya que ambas alegaban que el bebé vivo era el suyo.
Como solución, el Rey optó por partir el niño por la mitad, para que cada una tuviera una parte igual, la que no era la madre del bebé estuvo de acuerdo, sin embargo, la verdadera madre, llorando, suplicó al rey que mejor le entregara la criatura a la otra, pero que no lo matara. Fue ahí cuando Salomón se dio cuenta que esta era la verdadera madre, porque una madre, ama de verdad.