Dominicanas Ilustres: doña Trina de Moya de Vásquez, María Montez y Mamá Tingó

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En ocasión de celebrarse el Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, dedicamos esta página a tres destacadas damas que dignamente representan a la mujer dominicana. Ellas son Trina Moya de Vásquez, Primera Dama de la República; María Montes, actriz de Hollywood y Florinda Soriano Muñoz, mejor conocida como Mamá Tingó, una líder rural.

Conozcamos un poco de ellas:

Trina de Moya de Vásquez

Bautizada con el nombre María de los Ángeles Trinidad Moya Pérez, fue la primera mujer en recibir título de Primera Dama de la República y fue quien creó el Himno a las Madres dominicanas.
Nacida el 13 de enero de 1863, en la ciudad de La Vega, hija de Román Martín de Moya Portes y Antonia Mauricia Pérez, quienes procrearon otros siete hijos. Doña Trina como se le decía cariñosamente, era pariente del presidente mexicano, Emilio Portes Gil.

Entre estudios, actos sociales, obras de caridad, entre otros, transcurrió la niñez de esta fina dama. Su interés por la literatura le nació desde muy joven, ya que componía obras poéticas, aunque las destruía por considerarlas mediocres. Cuando contaba con 25 años de edad, unió su vida en santo matrimonio en 1888 con el joven político mocano, general Felipe Horacio Vásquez y Lajara, mejor conocido como Horacio Vásquez, quien fue Presidente del país en varias ocasiones. Después de esa unión, la pareja vivió unos años en Tamboril y posteriormente se trasladaron a Moca, lugar donde doña Trina desarrolló una destacada labor cultural.

Años más tarde, en 1899 escribió el poema “El estudio”, publicado el 15 de marzo en la revista Ilustrada No.16. También, escribió el poema “El Campo”, ningunas de esas composiciones fueron firmadas con su nombre, sino bajo el seudónimo de T. Colombina.
En 1904, funda el Club de Damas de Moca y el Club de Damas de Santiago, los cuales presidió y en donde realizó una gran labor cultural y humanitaria. Esta fina dama de la pluma publicó en 1929 el libro de versos “Patria y Hogar”, con el prólogo del ilustre poeta dominicano Fabio Fiallo.

En su posición como Primera Dama realizó trabajos de obras sociales en beneficio de la niñez y los adultos mayores, acompañaba a su esposo a los viajes al interior y exterior del país. Doña Trina dejó sembrado una huella de humanitarismo y de una labor sociocultural. El Himno a las Madres fue estrenado el 30 de mayo de 1926 con música del sacerdote Manuel de Jesús González, en el Convento de los Dominicos. En 1936 quedó viuda al perder a su bien amado esposo, quien recibió cristiana sepultura en la iglesia de Villa Tamboril. Doña Trina falleció aquejada de salud el 13 de mayo de 1943 en Puerto Rico, donde fue a recibir tratamientos médicos.

María Montez

La reina del Tecnicolor como era conocida, nació en la zona sur de la República Dominicana, el 6 de junio de 1912 en la provincia Barahona, hija del señor Isidoro Gracia García, de origen español y de la señora Teresa María Vidal, dominicana. El nombre verdadero de esta actriz era María África Gracia Vidal. Fue la segunda hija de diez hermanos. Su inclinación por la actuación le nació desde muy joven, según cuentan los vecinos de su pueblo natal en un documento periodístico.

En 1933 contrajo nupcias con el inglés William G. McFeeters. Años más tarde, se casa con Jean Pierre Aumont, artista francés, con quien procreó a María Cristina, y posteriormente inició su carrera cinematográfica en Hollywood en mayo de 1941. Su primer paso para llegar al estrellado fue con la película de la Universal Pictures, “Las Mil y Una Noches”. Montez fue una de las modelos favoritas de los pintores de arte mexicanos y trabajó febrilmente tomando clases de declamación y dicción para perfeccionarse su carrera.

Participó en 26 filmografías, 21 rodadas en los Estados Unidos, dos en Francia y tres en Italia, entre ellas mencionamos algunas como Boss of Bullion City, El Misterio de Marie Roget, Jinetes del Desierto, Claro de Luna en Hawaii, Avión de Bombay, Al Sur de Tahití y Salvamento Blanco.

Esta destacada artista recibió dos grandes reconocimientos dominicanos, tales como La Orden Duarte del Mérito Juan Pablo Duarte y La Orden de Trujillo, ambas en el grado de oficial, el 19 de septiembre de 1943 e impuestas en San Francisco el 24 de octubre de 1943.

María Montez falleció el 7 de septiembre de 1951, cuando fue encontrada muerta en la bañera de su casa en Suresnes, París.

Mamá Tingó

Fue una líder sindical campesina que se destacó por su lucha tenaz por obtener un espacio de respeto y derecho social para el trabajador del campo que labra la tierra. Su nombre de pila era Florinda Soriano Muñoz, nativa de Villa Mella, hija de la señora Eusebia Soriano. A la edad de 30 años, unió su vida en matrimonio con el agricultor Felipe y procrearon siete hijos.

Mamá Tingó pertenecía a la Liga Agraria Cristiana (FEDELAC), donde era la principal militante y activista de ese colectivo y quien tenía a su cargo a 350 familias de la comunidad por quienes velaba cada vez que los terratenientes querían despojarlas de sus tierras. Pasó toda su vida en ese afán hasta el momento de su muerte, ocurrido el 1ro de noviembre de 1974, durante los 12 años del Gobierno de Balaguer, en una finca del paraje Hato Viejo de Yamasá.

Esta dirigente rural murió a consecuencias de heridas de balas que le propinó Pablo Díaz con una escopeta, este era el encargado de una finca propiedad del señor Juan Modesto Díaz, un terrateniente que quería despojar a la señora Florinda Soriano de su tierra.

Una información del archivo OGM relata que el incidente ocurrió cuando Pablo Díaz intentaba desalojar a MamáTingó de los predios que esta ocupaba desde hacía tiempo. Díaz le manifestó a Mamá Tingó que tenía órdenes de su patrón de sacarla de la propiedad, debido a que estaba allí en forma ilegal. Pero supuestamente, según explica la nota, esta se negó y le fue encima con un palo, y fue en ese momento cuando Díaz le disparó con su escopeta y al instante cayó vilmente asesinada.

Luego de su trágica muerte, Mamá Tingó recibió varios homenajes de diferentes organizaciones, desde levantamientos de bustos, exposiciones sobre su vida, libros escritos en su honor, entre otros. En abril de 1998, la Federación Dominicanas de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC), develizó un busto en homenaje a esta líder campesina, por su lucha reivindicativa en el proceso de la reforma agraria dominicana.

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