La ocasión era propicia para mostrar una cara amable:Donald Trump convocaba a la prensa este martes en Nueva York para anunciar la entrega de 5,6 millones de dólares a los veteranos de guerra. El magnate y pronto candidato republicano oficial a la Casa Blanca, sin embargo, se revolvió de tal forma contra los medios que convirtió el encuentro en un ring de boxeo. Trump es hostil hacia un universo mediático que, paradójicamente, le concede una cobertura gratuita y permanente que su probable rival entre los demócratas, Hillary Clinton, no puede ni soñar.
De todas las hipótesis de politólogos que han saltado con los aires, la última es esa que sostenía que el empresario adoptaría una actitud más presidencial una vez liquidados sus rivales por la candidatura republicana, con la mente ya puesta en las presidenciales de noviembre. Este martes quedó claro que Trump no ha dejado ni las cerillas ni el bidón de gasolina: “Usted es ruin”, le dijo a un reportero de ABC que le inquirió por el fondo. “La prensa debería avergonzase de sí misma”, dijo para quejarse se también de recibir “muy mala publicidad por una buena acción”.
Este fondo fue anunciado en enero y durante estos meses el empresario ha sido cuestionado por no concretar qué ocurría con el dinero. Trump tachó a los periodistas de política como “la gente más deshonesta” y recalcó su “baja opinión” del gremio. Es algo que también dice que en su último libro, Crippled America, en el que, de todos modos, admite que él utiliza a los medios para su beneficio y que muchas veces hace declaraciones polémicas que sabe que van a ocupar los titulares.
Y no se equivoca, ese es es contrasentido de la relación del candidato con el periodismo. Fue sonado su ataque sexista el pasado verano a la conocida periodista de la cadena conservadora Fox, Megyn Kelly, con quien hace poco protagonizó una desconcertante reconciliación en una entrevista. En agosto, en Iowa, también se enfrentó al presentador estrella de la hispana Univisión, Jorge Ramos, quien trataba de preguntarle sobre inmigración, y le expulsó de la rueda de prensa con un despectivo “Siéntese, no le he dado la palabra. Vuélvase a Univisión”.
La campaña se Trump se ha caracterizado, además, por el rechazo sistemático a permitir la entrada de medios extranjeros con el argumento de que se da prioridad a la nacional, independientemente de la capacidad del lugar o del aforo, algo que no ha hecho ningún otro candidato.
Pero también considera enemiga a la prensa nacional, a la que acusa escribir libelos contra él. El candidato fue más concreto a principios de este mes y acusó al empresario Jeff Bezos, dueño de Amazon y del Washington Post, de utilizar el periódico como “juguete” político: Está usando el Post como poder para que los políticos no le hagan pagar los impuestos que debería”, criticó. Los discursos de Trump han llegado a despertar temores por el futuro de la libertad de expresión si llega a presidente, la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos, ya que dijo que aprobaría leyes contra “libelos”.
La rueda de prensa tuvo lugar en la Torre Trump, en la Quinta Avenida, que se ha convertido más que nunca en un punto de atracción de turistas y curiosos desde que Trump anunciara su candidatura. Esta martes, también había algunos veteranos de guerra acusando al empresario de instrumentalizarlos. También seguían presentes sus admiradores. A unos y otro les mandó un mensaje muy claro: “No voy a cambiar”.