Donald Trump perdió influencia comercial y política en Nueva York

866
0
Compartir
Donald Trump busca la candidatura republicana para las elecciones presidenciales de noviembre

A pesar de su imagen de hombre todopoderoso, el magnate norteamericano Donald J. Trump, oriundo de Nueva York y con múltiples emprendimiento en la Gran Manzana, cuenta con propiedades de bienes raíces locales limitadas, y hasta algunos bancos y contratistas rehúsan trabajar con él.

El multimillonario apeló a sus raíces neoyorquinas desde el inicio de su campaña como precandidato republicano para las elecciones presidenciales de noviembre de este año. Sin embargo, su influencia en la ciudad mermó debido a la limitada actividad que tuvo en el sector inmobiliario en los últimos años y la falta de contacto con las principales figuras políticas.

Según consigna The New York Times, sus propiedades en bienes raíces son «modestas». Incluso no estuvo dentro de los diez principales desarrolladores de condominios en la ciudad, de acuerdo con registros de varias publicaciones.

Un informe del prestigioso periódico norteamericano revela la cada vez menor relación que mantiene Trump con Nueva York. Entre sus casi 500 empresas, el magnate cuenta con un complejo en Palm Beach, Florida; campos de golf en Escocia e Irlanda; y un edificio de oficinas en el centro de San Francisco.

La Trump Tower, de Nueva York
También ostenta una marca de vodka y bebidas energéticas en Israel y una bodega en Virginia.

En Nueva York, por su parte, posee el Trump Building, el espacio comercial en la Trump Tower y el 30% del edificio comercial Avenue of the Americas, según Records and Actovia Commercial Mortgage Intelligence, una firma de investigación de bienes raíces.

El propio Trump reconoció que ahora está «menos centrado en Nueva York», desde que comenzó a expandir su fortuna al plano internacional.

Su organización también enfrentó varias dificultades en la Gran Manzana. Incluso quiebras. Asimismo se vio envuelto en una batalla legal por la propiedad del mítico edificio del Empire State.

Su momento más crítico fue cuando intentó llevar a cabo un desarrollo a lo largo del río Hudson, en el Upper West Side de Manhattan. Pero el multimillonario se topó con la feroz oposición de grupos vecinales. Él debió cargar con las deudas y su proyecto se cayó.

El ahora precandidato republicano tampoco tiene buena reputación a la hora de pagar a contratistas e incluso a bancos.

Un contratista que habló con The New York Times bajo anonimato por temor a ser demandado por Trump contó que el magante apenas le pagó cien mil dólares luego de un trabajo de alta complejidad en una de sus torres. El hombre explicó que decidió no demandar al polémico multimillonario porque la estimación del litigio hubiese costado más que las pérdidas. Desde entonces, no volvieron a hacer negocios. Abogados que hablaron con ese periódico revelaron historias similares.

En este momento 15 empresas vinculadas con Trump deben más de 270 millones de dólares a entidades bancarias, de acuerdo con un informe de la Comisión Federal de Elecciones.

Deutsche Bank es uno de sus principales prestamistas. Mientras que JPMorgan Chase, Citigroup, Goldman Sachs y Morgan Stanley no están prestando dinero a Trump actualmente.

Fiel a su estilo, el precandidato republicano aseguró que no necesita dinero: «Yo no uso mucho de Wall Street porque no necesito el dinero». «Yo hago mi propia financiación«, indicó el magnate, quien sostuvo que cuenta con mil millones de dólares en efectivo.

Trump estuvo envuelto en una batalla legal por la propiedad del Empire State Shutterstock

En el plano político, rara vez interactúa con los principales funcionarios, y sus contribuciones a campañas electorales han sido escasas. A tal punto que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, una de las figuras centrales de la política local en los últimos años, no recuerda haber conocido al polémico magnate.

El mandatario neoyorquino aseguró que la influencia de Trump en la ciudad decayó en las últimas décadas. «En este momento no veo mucha influencia de él en Nueva York. Uno ve su nombre en edificios, pero no lo ve a él», apuntó.

Su falta de roce político quedó evidenciada en 1996 cuando decidió apoyar la reelección deRudolph W. Giuliani como alcalde. En esa oportunidad, envió dos cheques por un monto total de apenas 6.900 dólares, incluida una carta dirigida al alcalde republicano. El dinero luego fue devuelto por el equipo de campaña de Giuliani.

Ya en plena carrera electoral, desde 2013 los empleados de Goldman Sachs contribuyeron conmás de 94 mil dólares a la campaña de Hillary Clinton, mientras que se han aportado más de 199 mil a uno de los principales contendientes republicanos de Trump, el senador Marco Rubio.

Ante este escenario, Trump enfrenta la carrera electoral sin el peso y la influencia que pretende mostrar en Nueva York, su ciudad natal.

No hay comentarios

Dejar una respuesta