La ciudad estadounidense de Cleveland acordó pagar US$6 millones a la familia de Tamir Rice, el niño negro de 12 años, al que un oficial de policía mató en 2014.
El niño estaba jugando con una pistola de aire comprimido fuera de un centro de recreación cuando un policía le disparó.
Un jurado del estado de Ohio, Estados Unidos, resolvió en diciembre de 2015 no imputar al policía que mató a Rice.
El caso, que provocó protestas en Cleveland, coincidió con la muerte de otros dos hombres negros a manos de policías blancos habían desatado un debate nacional.
Y el de Rice se convirtió en un punto clave para el movimiento Black Lives Matter(Las vidas de los negros importan).
Una orden presentada ante la Corte Federal de Distrito en Cleveland dice que las partes en el caso acordaron una indemnización la suma de US$6 millones, la mitad será abonada durante 2016 y el resto el próximo año.
El acuerdo no conlleva la admisión de cualquier delito.
El incidente fue grabado en un video en el que se ve al policía disparando cerca del niño, el 22 de noviembre de 2014.
Uno de los dos agentes de policía, Timoteo Loehmann, disparó su arma de servicio dos veces. Tamir Rice murió al día siguiente.
La policía sostuvo que la pistola parecía real y que le habían pedido a Rice en tres oportunidades que levantara las manos.
El tiroteo duró sólo dos segundos, y la familia de Tamir dijo que el video mostró que la policía había actuado con demasiada rapidez.
