Estados Unidos ha instruido a intermediarios petroleros de todo el mundo a que reduzcan aún más sus tratos con Venezuela o enfrenten sanciones, incluso si los intercambios no están prohibidos por las medidas ya publicadas por Washington, dijeron tres fuentes cercanas al asunto.
Estados Unidos impuso nuevas sanciones a la industria petrolera de Venezuela a principios de este año, pero algunas compañías han continuado suministrando combustible al país desde India, Rusia y Europa.
Washington está particularmente interesado en terminar con las entregas de gasolina y productos refinados que Venezuela usa para diluir su crudo pesado para que pueda ser exportado. Las fuentes dijeron que el combustible de aviones y el diésel estarán exentos por razones humanitarias.
Venezuela está teniendo dificultades para vender su petróleo, luego de que las sanciones redujeran las ventas a EEUU, el destino del 37 por ciento de sus exportaciones de petróleo en 2018. Los envíos a EEUU cayeron a cero en la semana que terminó el 15 de marzo, según datos del gobierno.
De hecho, la producción de petróleo venezolano cayó a un mínimo de 69 años de 1.354 millones de barriles por día el año pasado, luego de años de mala administración y falta de inversiones. La producción puede haber caído a hasta 600.000 barriles diarios tras los apagones que azotaron el país.
Estados Unidos ha aplicado decenas de sanciones a funcionarios y ex funcionarios chavistas por corrupción, narcotráfico y abusos de los derechos humanos desde 2015, cuando declaró a Venezuela como «una amenaza para la seguridad nacional».
Pero desde enero de 2019 recrudeció las medidas económicas y diplomáticas contra el régimen venezolano al desconocer a Nicolás Maduro como autoridad legítima de Venezuela. De hecho, el gobierno de Trump fue el primero en reconocer a Juan Guaidó como presidente interino del país.
La advertencia ocurre en medio de una escalada de la injerencia rusa en el país petrolero sudamericano, sumido en una crisis multidimensional sin precedentes que el gobierno de Putin ha aprovechado para hacerse omnipresente tanto en el aspecto económico como en el militar.