El cambio climático provocó en 2017 que la emisión de gases de efecto invernadero a nivel mundial y el deshielo en el Ártico alcanzaran máximos históricos, de acuerdo a los datos del Informe Anual del Estado del Clima, emitido por el Gobierno de Estados Unidos y publicado ayer.
Este estudio anual sobre el estado del clima en la Tierra, elaborado por más de 450 científicos de más de 60 países, describe el empeoramiento de las condiciones climáticas en todo el mundo en 2017, cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, decidió retirarse del Acuerdo Climático de París.
Así, la concentración media mundial de dióxido de carbono (CO2) en la superficie de la Tierra ese año fue de 405 partes por millón (ppm), es decir, 2,2 ppm más que las registradas en 2016 y la más alta en los registros modernos de medición atmosférica.
EE.UU. es el segundo mayor contaminante del mundo después de China, pero se ha retirado de sus compromisos medioambientales bajo el Gobierno de Trump, quien ha llegado a manifestar que el cambio climático es “un cuento chino”.
Sin ir más lejos, el jefe en funciones de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, en sus siglas en inglés), Andrew Wheeler, aseguró hoy que el organismo que dirige “continuará la agenda del presidente a toda velocidad”.
“No hemos disminuido la velocidad y no hemos dado un paso atrás. Continuaremos con la agenda del presidente a toda velocidad”, señaló Wheeler al ser preguntado por las políticas ambientales del Ejecutivo de Trump en un Comité del Senado de Medio Ambiente y Obras Públicas.
Los hallazgos de la investigación apuntan que la tasa de crecimiento global de CO2 se ha “casi cuadruplicado desde principios de la década de 1960” y, aunque 2016 fue el año más caluroso en los tiempos modernos, 2017 no se quedó atrás con “condiciones mucho más cálidas que la media” en la mayor parte del mundo.
Así, de acuerdo al estudio, España, Argentina, Uruguay y Bulgaria, entre otros, experimentaron temperaturas récord anuales, mientras que México “batió su récord anual por cuarto año consecutivo”.
Las temperaturas en 2017 “estuvieron muy por encima de lo normal” en el centro de España, zona en la que hizo entre 1 y 3 grados centígrados (°C) más calor.
Así, el territorio español experimentó su año más cálido desde que comenzó su serie de registros en 1965, superando los récords anteriores de 2011, 2014 y 2015 en 0,2 °C.
Por su parte, el termómetro en Puerto Madyn (Argentina) llegó el 27 de enero del año pasado hasta los 43,4 °C, la temperatura más alta jamás registrada en latitudes tan sureñas en cualquier punto del mundo.
Otra de las marcas a nivel de temperatura tuvo lugar en la ciudad de Turbat (Pakistán) el pasado 28 de mayo, fecha en la que esa urbe alcanzó los 53,5 °C, la temperatura más cálida de un mes de mayo.
“Los 10 años más cálidos registrados han ocurrido desde 1998, y los cuatro años más cálidos desde 2014”, alerta el texto.
Además, los tres gases de efecto invernadero más peligrosos liberados en la atmósfera de la Tierra (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron también nuevos récords.
Los datos que arroja el estudio sobre la situación del Ártico no son tampoco alentadores: un calor sin precedentes envolvió el Ártico, ya que la temperatura de la superficie terrestre durante 2017 fue 1,6 grados centígrados superior al promedio registrado entre 1981 y 2010.
Las temperaturas árticas fueron las segundas más altas después de 2016, teniendo en cuenta que los registros comenzaron en 1900.
“Las temperaturas anormalmente cálidas de la superficie del aire y el mar en el Ártico no se han observado en los últimos 2.000 años”, aclara el estudio.
En marzo, la extensión del hielo marino alcanzó su cifra más baja en el registro de satélites desde hace 37 años y los glaciares de todo el mundo se redujeron por trigésimo octavo año consecutivo.