Los abogados de los derechos de los animales acudieron a la Corte Suprema de Bronx para defender la personalidad jurídica de un elefante llamado Happy, que vive en cautiverio en el zoológico de El Brox.
Steven Wise, presidente de la organización denominada Proyecto de Derechos No Humanos sin fines de lucro, argumentó que Happy está recluido ilegalmente en el zoológico, por lo que buscan que un recurso de habeas corpus, que les permita impugnar el encierro del elefante en la Corte de Estados Unidos (EEUU).
Happy no es feliz en el zoológico, aseguró, y debe ser reubicado.
En la audiencia de este lunes, la jueza Alison Tuitt recordó que Happy ha vivido en cautiverio durante décadas y no ha dejado de comer, lo que podría significar que no está deprimido. Incluso, preguntó la viabilidad de trasladar a Happy a un santuario y si estaría a salvo en un sitio así.
Happy vive en el zoológico junto a Patty, otro de los elefantes, pero están separados por barreras porque su pareja se lastimó en 2002.
Steven Wise respondió que dejarlo en el zoológico, en un área de apenas 4 kilómetros cuadrados, es “como la prisión estatal de Attica” e insistió en trasladarlo al santuario de animales de Tennessee o del estado de California, donde “los elefantes pueden elegir amigos y vivir la vida de un ser autónomo”. Sugirió a la jueza Tuitt a visitar el zoológico de El Bronx, antes de resolver el recurso legal.
Sin embargo, una vocera de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre, que opera el Zoológico de El Bronx, dijo que Happy no languidece ni se mantiene aislado.
La siguiente audiencia está programada para el 6 de enero de 2020. Por lo pronto, Happy permanecerá en el zoológico que ha sido su hogar desde hace varios lustros.
Hasta ahora, la organización Proyecto de Derechos No Humanos no ha conseguido ganar ninguno de los recursos legales presentados en nombre de sus clientes animales.
El inicio
En noviembre de 2018, el zoológico de El Bronx anunció que había sacrificado a un elefante asiático de 48 años. Maxine tenía un deterioro neurológico y debilidad muscular generalizada, lo que le impedía comer.
Jim Breheny, director del zoológico, aseguró que Maxine “murió de manera pacífica, rodeada por los cuidadores, curadores y veterinarios que la habían cuidado durante toda su vida» y reveló que había otros dos elefantes en cautiverio: Happy y Patty con 47 y 48 años, respectivamente.
Ese fue el inicio del litigio. Un grupo de bienestar animal presentó acciones legales contra el zoológico, alegando que Happy tiene derechos similares a los de un ser humano y que estaba encarcelado ilegalmente.
El Proyecto de Derechos No Humanos presentó un recurso judicial en el Condado de Orleans, para lograr que Happy sea trasladado del zoológico a un santuario privado más grande. Argumentaron que el elefante está triste y solitario porque vive separado de su pareja desde 2002.
En respuesta, Jim Breheny afirmó que Happy está contento, no ha sido aislado y la transferencia de sitio podría provocarle sufrimiento. Incluso, consideró que la demanda judicial está basada en “mentiras y argumentos legales absurdos”.