La Cancillería de Uruguay recibió unas 250 solicitudes de personas que pretenden volver al país
(Desde Montevideo, Uruguay) – Sentados en filas, unos en frente a otros, en un vuelo que demoró tres horas más de lo normal, unos 80 uruguayos viajaron desde Tel Aviv a Madrid en el avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya. Fue el primer vuelo de repatriación luego del ataque terrorista de Hamas a Israel, en un viaje prioritario para los no residentes que estaban de visita o paseo en ese país.
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Un segundo vuelo está previsto para este lunes, cuando se ampliarán los cupos a los uruguayos que tienen residencia israelí.
La mayoría de los repatriados era un grupo de jóvenes que estaban viviendo durante este año en Israel tras terminar la secundaria. Sin embargo, esa estadía se vio interrumpida por el ataque a los ocho meses de comenzada. Matías Buchalter, de 18 años, se despertó a las 6.30 del sábado 7 con una notificación de una de las aplicaciones que tiene en el teléfono. Le informaba que caían misiles en Israel central. “Nos avisa que están cayendo un montón de cohetes en Tel Aviv”, contó el estudiante a El Observador.
Buchalter estaba en el norte del país, donde asistía a un seminario del grupo juvenil.
Un grupo de 80 uruguayos en Tel Aviv previo a viajar en el Hércules hacia Madrid, en el inicio de su repatriación a Uruguay (Ministerio de Defensa Nacional)
A los pocos días del ataque, las aerolíneas cancelaron los vuelos y los uruguayos se quedaron varados. En Uruguay, en tanto, los padres empezaron a juntar firmas para pedirle al gobierno uruguayo que ponga un transporte para que los jóvenes puedan salir de Israel.
El martes 10, el ministro de Defensa, Javier García, y el canciller, Francisco Bustillo, informaron que el gobierno decidió enviar el Hércules a Israel para repatriar, en principio, a 77 uruguayos (que finalmente fueron 80). La decisión implicaba un cambio de último momento para el avión de la Fuerza Aérea Uruguaya: estaba listo para llevar un helicóptero al Congo y debió ser readecuado para el tránsito de pasajeros.
De los 80 que viajaron hasta Madrid, la gran mayoría eran jóvenes que participaban de los movimientos juveniles en Israel. En total, son 250 los uruguayos que pidieron ser evacuados.
El avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya llega a Madrid, previo a su viaje hasta Tel Aviv (Ministerio de Defensa Nacional)
Cuando los viajeros estaban en el aeropuerto de Tel Aviv yendo en ómnibus hasta el Hércules sonó la sirena que indica que se lanzaron misiles y tuvieron que evacuar el vehículo en el que viajaban. “Esperamos que se escuche el ‘bum’, que quiere decir que la Cúpula de Hierro –el sistema de detección de misiles israelíes– interceptó los ataques”, contó Buchalter.
A los tres minutos, volvieron al ómnibus y retomaron el camino al Hércules. Durante el vuelo de siete horas y media no tuvieron mayores dificultades aunque comprobaron que el avión es muy ruidoso. “Es lo más parecido a dormir al lado de un generador prendido por el ruido que hace”, comparó el joven.
“Cuando aterrizamos en España fue una sensación de alivio. Hacía cuatro noches que estaba durmiendo con ropa por si teníamos que correr hasta el refugio”, contó Buchalter. Una vez durmió con las zapatillas puestas porque era probable que la alarma sonara. En Madrid, en tanto, los jóvenes pudieron descansar sin esas preocupaciones. La comunidad judía de España se organizó para ofrecerles alojamiento.
Uruguayos suben al Hércules para ser repatriados desde Tel Aviv
0 seconds of 8 secondsVolume 0%Los uruguayos suben al avión Hércules de la Fuerza Aérea para viajar a Madrid en un vuelo de misión humanitaria (Ministerio de Defensa Nacional)
Alberto Waizman y su esposa viajaron a Israel para ver a su hija, pero decidieron volver antes de lo previsto. Fueron uno de los pocos repatriados que no formaron parte de los movimientos juveniles en el país. Al no encontrar pasajes en las aerolíneas, buscó cómo era el Hércules que la Fuerza Aérea Uruguay disponía para el regreso de los uruguayos, relató al noticiero Telenoche de Canal 4.
“Estábamos sentados en filas, unos frente a otros, y la característica más importante del avión es el ruido que hace. Pensamos que con un grupo de chicos el vuelo iba a ser una locura, pero no se escuchaba nada porque no se podía hablar entre nosotros. Nos repartieron unos protectores auditivos y la verdad es que iban todos calladitos”, dijo Waizman.
El vuelo que normalmente demora cuatro horas y media demoró siete horas y media, aseguró el uruguayo, que permanecerá junto a su pareja unos días en España para luego viajar a su país.
Fuente-infobae.
