El segundo cerebro: cómo el intestino controla tu estado de ánimo

18
0
Compartir

En La Fórmula Podcast, el médico gastroenterólogo Ignacio Caldo explicó cómo el deterioro de la microbiota intestinal impacta en el bienestar emocional y se manifiesta a través de diversos síntomas. Además, advirtió acerca de los estresores crónicos propios de la vida moderna y compartió valiosos consejos para adoptar una alimentación equilibrada que favorezca la salud de los microorganismos

En un nuevo episodio de La Fórmula Podcast, el doctor Ignacio Caldo explicó que el aumento de diagnósticos de problemas intestinales, como el síndrome del intestino irritable y el SIBO, se debe tanto a los avances tecnológicos que facilitan su detección, como a los efectos de los estresores crónicos de la vida moderna, una dieta desequilibrada, la contaminación y la falta de actividad física. También destacó cómo el deterioro de la microbiota intestinal, causado por una baja diversidad de microorganismos, puede originar síntomas digestivos y problemas de salud generales, como el aumento de la permeabilidad intestinal e incluso afectar el estado de ánimo. Podés escuchar el episodio completo en Spotify YouTube.

Nacho es un médico gastroenterólogo argentino, especializado en la salud digestiva y en la práctica de mindfulness. Graduado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), completó su residencia en Gastroenterología en el Hospital Durand y obtuvo la certificación de la especialidad por la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE) y la UBA.

Además, se formó como instructor de mindfulness en Visión Clara Mindfulness Argentina y realizó un posgrado en Mindfulness para Profesionales de la Salud en la Universidad Favaloro. Actualmente, está finalizando una Maestría en PsicoNeuroInmunoEndocrinología en la Universidad de Salamanca, España; y es fundador de Gastroconciencia, un espacio que busca mejorar la salud digestiva desde un enfoque integral, combinando la medicina con técnicas de regulación del estrés y la ansiedad a través del mindfulness.La microbiota diversa y abundante,La microbiota diversa y abundante, vital para la salud física y mental, se deteriora en las sociedades modernas (Imagen Ilustrativa Infobae)

— Es muy común escuchar que las personas tienen intestino irritable o tienen SIBO. ¿Son malestares nuevos o están creciendo los casos?

— En términos de estas entidades que parecen nuevas, y no son necesariamente tan nuevas, lo que sucede es que son un poco la conjunción de dos factores: por un lado, el desarrollo tecnológico y la amplificación de ese desarrollo y el acceso a él. Por ejemplo, en el caso del sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado hay un test que nos orienta bastante a los gastroenterólogos o a los médicos clínicos, y hoy es bastante accesible, si bien no es 100% efectivo, nos ayuda mucho en la práctica diaria. Por el otro lado, también de da la conjunción de lo que sucede con gran parte de esas enfermedades o entidades de salud o síndromes de esta modernidad que tiene que ver con la forma en que venimos viviendo en estos últimos años, en términos de “estresores crónicos cotidianos”, no sólo de índole psicológica sino que están metidos en lo que comemos. Desde los diseños comestibles porque ya ni suenan a alimentos gran parte de lo que comemos a diario, en el aire que respiramos, en el agua que tomamos, en el gran problema de los microplásticos, en todo lo que hacemos. También se asocian con la falta de movimiento, de fuerza, la cronodisrupción, que tiene que ver con que el día dura lo que queramos nosotros porque tenemos disponibilidad lumínica y de energía, etc.

Todas estas cuestiones de modernidad nos han llevado a que nuestra biología se empiece a desordenar. Yo creo que se dan estas dos conjunciones y por eso hoy tenemos tantos diagnósticos de signos de intestino irritable, de SIBO, incluso de patologías más importantes como puede ser el cáncer de colon, que ha ido creciendo en estos últimos años sobre todo en edades tempranas. Esto es muy llamativo, porque la genética no cambia en estos últimos años, siempre hay una influencia genética en las enfermedades, pero después está todo lo que llamamos la epigenética que son todos los factores que inciden sobre esos genes y sobre nuestra biología para que se exprese una enfermedad o no. Entonces tiene que ver con esta conjunción de factores. Y por otro lado podemos agregar también el gran acceso a la información y a síntomas que antes, a lo mejor, se normalizaban.El impacto de los alimentosEl impacto de los alimentos procesados ​​en la microbiota se inicia en la infancia y deja secuelas acumulativas (Imagen Ilustrativa Infobae)

— En tu libro hablás de la microbiota. ¿Qué es y cuáles son los síntomas que pueden alertarnos de que no está sana?

— La microbiota en general hace referencia a todos los microorganismos que tenemos en nuestro cuerpo, no sólo en el intestino, no son solo bacterias, pero también hay virus, hay arqueas, hongos, algunos parásitos que son también comensales y que están en la piel, en los ojos, en la boca, en todos los revestimientos que están en contacto directo con el exterior. Son todos estos microorganismos que tenemos alojados en distintas partes de nuestro cuerpo, pero por sobre todo en el intestino, en el intestino grueso, en el colon, y desde allí van a interactuar, con nosotros, con nuestro sistema de defensa, con el segundo cerebro, que son las células neuronales del sistema nervioso entérico. Es real esta idea de “segundo cerebro”, no es que es algo medio esotérico. Entonces de ahí la importancia de cómo cuidemos a esa microbiota, qué alimentos le demos, si la dejamos descansar o no, si la acompañamos con actividad física o no, si ayudamos por ejemplo con la meditación. La meditación puede influir en la composición de esos bichitos que tenemos en el intestino, todas esas actividades o lo opuesto que mencionábamos al principio de estos estresores crónicos, van a cambiar esa microbiota y van a traernos un término que es el de “disbiosis intestinal” que sería como un desorden en la composición de estos bichitos.

Para que se entienda en términos más metafóricos: imaginémonos a la microbiota intestinal sana como si fuera una selva equivalente al Amazonas, con abundancia de especies, con esa diversidad de sustancia que tienen todas esas plantas incluso los animales que viven en ellas, versus una isla del Caribe que sólo tiene palmeras y algunas otras plantas, y pocos animales. Eso es el concepto de disbiosis en el intestino. Cuando vamos perdiendo la diversidad de los bichitos y la abundancia de los mismos, vamos perdiendo salud, y esto es lo que se está viendo en la microbiota de las sociedades desarrolladas, si se comparan, por ejemplo, con poblaciones cazadoras y recolectoras de África, donde tienen una microbiota completamente diferente a la nuestra, mucho más diversa y más abundante."Cuanto más podamos diversificar la«Cuanto más podamos diversificar la cantidad de alimentos vegetales en nuestra alimentación, nuestra microbiota va a ser más saludable», destacó el doctor Caldo

— ¿Cuáles son los síntomas de una persona con una microbiota sin diversidad, que con el tiempo se fue deteriorando?

— Los síntomas tienen que ver con dolencias o enfermedades digestivas que son de la parte intestinal. Siempre traen a la consulta esta sensación de inflamación intestinal, que ahí quizás los médicos o los gastros hacemos una distinción entre lo que es la inflamación que perciben, eso lo llamamos el bloating, que es más la hinchazón, la tensión interna, una percepción interna de tensión en el abdomen, con la distensión abdominal, que también es otro síntoma que puede deberse a la microbiota disbiótica, que es cuando crece la panza, como si fuera un embarazo realmente, a nivel del diámetro que aumenta, como si fuera un globo, por la presencia de gases dentro del intestino. Los otros síntomas son: gases, alteraciones en el ritmo evacuatorio, ya sea por estreñimiento o por diarrea. Ahí se pueden sumar otros síntomas que le llamamos “estrés digestivo” donde a veces una microbiota muy dañada, donde también el intestino se lastima figurativamente, aumenta la permeabilidad habitual que tiene, hablamos de lo que se llama “intestino permeable”. Este permite que ciertas sustancias del sistema inmunológico de inflamación pase al torrente sanguíneo y de ahí a otros lados y a lo mejor hasta incluso lleguen hasta el cerebro y den síntomas que se llaman “neblina mental” o sensación de embotamiento, es como si estuvieras cansado después de muchos días de trabajo, pero sin haber trabajado, sin haber estudiado mucho. Puede haber manifestaciones en piel, en las uñas, en el cabello por cuestiones de déficit nutricionales, que también se correlacionan con problemas microbianos.Las investigaciones destacan 30 alimentosLas investigaciones destacan 30 alimentos vegetales como ideales para mejorar el ecosistema interno intestinal – (Imagen Ilustrativa Infobae)

— ¿Qué es lo mejor para la microbiota en relación a alimentación?

— Cuanto más podamos diversificar la cantidad de alimentos vegetales en nuestra alimentación, nuestra microbiota va a ser más saludable. Hay un estudio muy conocido y citado donde comparaban y evaluaban la composición de la microbiota de personas que consumían más de 30 alimentos vegetales, frutas, verduras, legumbres, todo lo que viene del reino vegetal, semillas, raíces, frutos secos y quienes consumían menos de 10. En los resultados se veía que claramente quienes consumían más cantidad y más diversidad tenían una microbiota más saludable en términos de diversidad de abundancia y también en los tipos de bichitos que estaban dentro de esa microbiota, como “facecalibacterium prausnitzii”, que es una bacteria que produce unos compuestos, unos metabolitos que se llaman “ácidos grasos de cadena corta” que son muy beneficiosos para regular un montón de funciones dentro del intestino y por fuera del intestino en todo el organismo.Consumir menos alimentos procesados ​​yConsumir menos alimentos procesados ​​y variar los vegetales protege la microbiota de daños a largo plazo (Imagen Ilustrativa Infobae)

— ¿Qué otras cosas además de la alimentación benefician a la microbiota?

— El impacto o la influencia sobre nuestra microbiota viene desde el momento en que nacemos porque en realidad gran parte de ella la adquirimos cuando nacemos, entonces va a ser diferente la que tenga un nene que nace por el canal tradicional vaginal, donde ahí absorbe la microbiota de la vagina de la mamá y del ano en contraposición a quién nace por cesárea, donde ese implante no está. De hecho hoy en día hay muchos protocolos de investigación donde se trata al bebé recién nacido que nace por cesárea por la condición que sea, que tenga contacto con los fluidos de la madre para impregnarle esa microbiota. Entonces ya desde ahí traemos una microbiota donde va a tener una tendencia hacia más salud o hacia menos salud. En el sistema digestivo se aloja aproximadamente el 70% de nuestro sistema o células de defensa y son ellas las que interactúan todo el tiempo también con los microorganismos “buenos”, por una forma de decir, que están ahí mandándoles señales e información.

Ya viene desde el momento en que nacemos si recibimos lactancia materna exclusiva, por ejemplo, nuestra microbiota va a ser mucho más saludable que si de movida tenemos que tomar leche de vaca, de fórmula. Si nuestra madre recibió antibióticos o si tuvimos antibióticos porque padecíamos algún problema de recién nacido o si nacimos antes de término, todas esas condiciones influencian en una microbiota más saludable o no. Hay factores que traemos desde chiquitos y después en el transcurso del desarrollo, desde la alimentación y ahí está el tema: cómo la industria alimentaria influyó en nosotros. Muchas personas que desconocen completamente y está muy vigente esto del primer yogur para el bebé, que en realidad no es un yogur sino que es un comestible de diseño cargado de aditivos, de un montón de químicos que dañan la microbiota y que tienen impacto en la salud y van a tener impacto por acumulación a lo largo de toda nuestra vida. Eso le estamos dando de comer a nuestros bichitos por una forma de decirlo, no es tan simple pero para que se entienda más gráfico.La alimentación consciente es muyLa alimentación consciente es muy útil porque el sistema digestivo se activa para hacer un buen proceso cuando estamos tranquilos y relajados, explicó el doctor Caldo

— ¿Cuáles son los hacks para cuidar a nuestra microbiota correctamente?

— Dentro de lo que es alimentación o nutrición, tratar de buscar los alimentos lo más cerca de su origen posible, esto quiere decir lo más alejado del paquetito, del potecito, hasta del frasco, porque incluso muchas de estas cosas que se venden como “saludables” tienen aditivos y conservantes, inevitablemente. No digo que no compren ningún paquete porque tenemos que vivir en una ciudad y es lo que podemos acceder, pero una buena medida es mirar la composición de los ingredientes y ahí fijarnos si hay palabras raras en términos de numeritos. Esos son aditivos, son conservantes, colorantes, estabilizantes y demás. Ver el orden de composición, es decir que el primero que aparece es el que está en mayor cantidad, entonces si yo compro unas galletitas, por poner un ejemplo, y el primer ingrediente es azúcar, estoy en problemas porque el azúcar está asociado a un montón de enfermedades. Me refiero al azúcar agregada aclaro. Porque ahora hay tanta infoxicación que a veces hasta hay influencers diciendo que una fruta, por ejemplo, la banana, tiene tantos gramos de azúcar y es dañina porque te hace hígado graso, lo que es mentira.Las estrategias de mindfulness paraLas estrategias de mindfulness para manejar el estrés transforman la salud digestiva y promueven el bienestar emocional (Imagen Ilustrativa Infobae)

— Mencionaste que la salud intestinal puede tener un impacto en nuestro humor, nuestro estado de ánimo. ¿Cómo funciona esa relación?

— Una última publicación que salió en 2023 en la Universidad de Sapienza con unos investigadores de Roma, Italia, hicieron algo que me pareció fabuloso: de qué manera poder científicamente comprobar y demostrar esto que sabemos que las emociones están ligadas a nuestro sistema digestivo. Hay un montón de frases célebres de “a este tipo no lo trago”, “se me hizo un nudo en la panza” o “las mariposas en el estómago”, ¿por qué están en el estómago y no están en la cabeza? Tiene que ver porque están vinculadas las emociones a lo que percibe nuestro sistema digestivo, de hecho acá aparece un término que es el de la interocepción, que el neurocientífico Andrew Huberman lo menciona en su podcast y demás. La interocepción es en realidad el sexto sentido, es este sentido que nos permite decodificar y darnos cuenta qué es lo que perciben nuestros órganos internos por ejemplo cómo está latiendo el corazón o cómo estoy percibiendo el ingreso de aire a mis pulmones o en mi intestino, si lo siento distendido, si hay sensación de malestar o si algo se está moviendo dentro del intestino, esa percepción interna se llama interocepción.

Lo que hicieron estos investigadores es tomar a un grupo de personas y darles de tomar una cápsula tecnológica que se llama SmartPill que puede medir el PH, el movimiento del intestino, la temperatura, las contracciones, etc. Con otros dispositivos registraban condiciones que correlacionan con el movimiento intestinal, obviamente se les hacía cuestionario en relación a emociones. Y se les pasaba distintos videos que estaban vinculados por ejemplo a la emoción del asco o del enojo o de la tristeza y se comparaban también con imágenes de felicidad o alegría e imágenes neutrales. Con esas cinco variables vieron qué le iba pasando al estómago. El nivel de PH del estómago se volvía aún más ácido cuando las personas tenían una emoción de asco y se normalizaba en términos de contenido de jugos gástricos cuando estaban con imágenes que eran neutrales o de alegría. Pudieron comprobar que en realidad hay un impacto en la emocionalidad en el sistema digestivo y viceversa.Es importante empezar a tomarEs importante empezar a tomar conciencia del acto de comer, incluso también desde la previa, al momento de cocinar (Imagen Ilustrativa Infobae)

— Aplicas en tu propia vida el mindful eating. ¿De qué se trata?

— En realidad llegué a mindfulness luego de un burnout. Cuando terminé mi formación en gastroenterología, así como le pasa al 60% de los médicos, que son estadísticas actuales, quedé con un burnout de tanto trabajo, de pensar en la cantidad de horas en guardia, en exigencias y en los temores que enfrentamos porque estamos lidiando con personas que se pueden morir por un accionar nuestro o se pueden salvar. Estaba completamente quemado, enojado con la vida, con el sistema de salud. Hasta que un día en una conversación un amigo me dice: “Che Doqui, vos no eras así, te encantaba la medicina, te apasionaba y ahora lo único que escucho son quejas” y ahí dije: “Tiene razón. ¿Qué me está pasando?”. Empecé un camino interno y llegué al mindfulness, un programa tradicional de ocho semanas que dio Kabat-Zinn y empecé a hacer los ejercicios y a meterme en esta filosofía que es una forma de resignificar el mundo. Si bien yo ya practicaba la meditación desde hacía bastante tiempo era otra forma más de meditar, incluso entré medio descreído. En ocho semanas me cambió la vida sin cambiarme nada afuera, yo seguía con mi misma cantidad de guardias cada tres días, guardias en mil lados, endoscopías, etc.

Sin embargo, adentro algo había cambiado porque yo estaba empezando a trabajar conmigo mismo de otra manera. Kabat-Zinn, que fue quien ideó este programa de reducción del estrés basado en mindfulness, lo que hizo fue adaptar varias meditaciones de toda la filosofía oriental, del budismo, pero también del yoga, del hinduismo, como puede ser un escaneo corporal o una meditación de una respiración consciente o en movimiento. Al aplicar mindfulness, me metí en los buscadores de médicos y demás porque uno es riguroso y dice: “¿Qué evidencia hay de esto? Si nunca me hablaron en la facultad, nunca me dijeron nada de esto” y me asombré al encontrarme con muchísimas publicaciones en distintas problemáticas de salud que no sólo venían del ámbito de la salud mental.Antes de comer, es recomendableAntes de comer, es recomendable registrar cómo está el cuerpo y tomar un pequeño momento para respirar conscientemente (Imagen Ilustrativa Infobae)

— ¿Cómo incide la alimentación consciente en cómo digerimos la comida?

— Influye un montón porque nuestro sistema digestivo se activa para hacer un buen proceso digestivo cuando estamos tranquilos y relajados. Cuando lo pensamos evolutivamente, si estamos cazando o peleando con una presa no podemos sentarnos a comer. Si estamos comiendo y nos atacan, se interrumpe completamente el proceso digestivo porque el cerebro necesita usar los recursos para defenderse, entonces no lo va a mandar al sistema digestivo para absorber nutrientes, para molerlos, procesarlos y demás, sino que lo va a mandar al cerebro, al corazón, a los pulmones y a los músculos para correr o atacar, escaparnos de ese peligro. Por eso es que ayuda la práctica del mindful eating porque hoy en día en realidad no nos damos cuenta, pero comemos todo el tiempo desatentos, estamos con una pantalla viendo noticias, todo lo malo que está pasando en el mundo entero y eso influye en nuestro proceso digestivo. Lo que proponemos con mindful eating es empezar a tomar conciencia del acto de comer, incluso también de la previa, registrar cómo está tu cuerpo, tomar un pequeño momento para respirar conscientemente.

No importa el tiempo, respirá tres veces, después incluso podemos agradecer que es otra de las cosas que hemos perdido, agradecer que tenemos un plato de comida, un refugio, un montón de cosas que gran parte de la población no las tiene. Y después comer pausado, saboreando la comida, como si estuviéramos en una bodega mendocina ahí disfrutando un Malbec en el Valle De Uco. Se trata de volver a los sentidos, ver los colores de esa ensalada, sentir el aroma que se desprende y recién después empezar a degustar ese alimento y saborearlo en la lengua y en todo el paladar, masticar lento, consciente, varias veces. Porque en realidad la digestión empieza antes de entrar al sistema digestivo.Se trata de volver aSe trata de volver a los sentidos, recomienda Caldo (Imagen Ilustrativa Infobae)

— En tu libro mencionas que es ideal no ver una pantalla mientras comemos.

— Sí porque nuestra atención no va a estar en la degustación de ese plato. Además, depende de lo que estemos mirando, todo eso va a influir en nuestra emocionalidad y en nuestra digestión. El tema de las pantallas es muy difícil porque aparte en esta sociedad no nos han enseñado a estar solos de verdad con nosotros, a veces prendemos la pantalla porque si comemos solos es como que necesitamos estar con algo o con alguien para comer, entonces el desafío ahí es doble: estar ahí sentados, degustando, saboreando y no más. Es como mirar una puesta de sol, estemos mirando no estemos filmándola con el celu.

— Te hago la última pregunta que le hago a todos los invitados del podcast. ¿Hay alguna frase, idea, estudio o enseñanza que hayas leído, escuchado o te hayan contado, que te haya resultado inspiradora o reveladora y que quisieras compartir con nuestros oyentes?

— A mí me sigue asombrando todo este tema de los microorganismos y me gusta mucho esta idea de salir y romper con esta idea egocéntrica que tenemos los humanos, o humano céntrica o antropocéntrica, de ver el mundo y todas las cosas que nos pasan. Para salir de eso la microbiota nos viene a dar una cachetada porque, en definitiva, hay publicaciones que muestran cómo a veces la influencia de estos bichitos puede impactar en una decisión nuestra que creemos consciente. ¿Por qué traigo a la microbiota? Porque de alguna forma nos vuelve a mostrar que, en realidad, necesitamos conectarnos con nuestro ecosistema, de adentro y de afuera. Tenemos al planeta Tierra donde la gran problemática, el gran desafío que estamos viviendo como humanidad es cómo poder convivir sin destrozarla y sin desplazar a la humanidad. Entonces, es un ida y vuelta en este ecosistema interno y externo de tomar conciencia como humanidad para empezar a tener prácticas más amables con el afuera y con adentro; y acá traigo a mindfulness y al budismo, de humanidad compartida y de interceder donde todo realmente está conectado para entender que no soy yo mío, tenemos que aprender a poder salir un poco de esa idea.

No hay comentarios

Dejar una respuesta