En la Diana

Por Rolando Reyes

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Primer Tiro 
Aunque la Tasa de Política Monetaria (TPM) fue aumentada en solo 25 puntos básicos, el cambio en la posición de política monetaria del día 24 del pasado mes julio tiene que ser evaluado mucho más allá de lo que dicho aumento absoluto podría significar. Entre el 25 y el 30 julio el excedente de liquidez de las instituciones de intermediación, medida a través de los depósitos y letras a un día, se redujo en RD$ 9,767.2 millones. En ese mismo período la tasa pasiva promedio ponderada pasó de 5.18% a 6.57%, lo que significa un aumento de 139 puntos básicos. En el caso de la tasa activa promedio ponderado, la misma aumentó en 161 puntos básicos. Aunque estos resultados no pueden ser tomados como el efecto final y total de las medidas incluidas en el cambio en la política monetaria, los mismos sí podrían estar sugiriendo un aumento significativo de la velocidad de transmisión de los cambios en la TPM hacia las demás tasas de interés. Adicionalmente, estos resultados son consistentes con la teoría que predice que la tasa activa se ajustará a la TPM mas rápido e intensamente que la tasa pasiva.

Segundo Tiro 
Hay un nuevo balance de riesgos en el panorama macroeconómico, y se requiere que el análisis de los cambios en las tasas de interés y la liquidez se realice simultáneamente con el del movimiento del tipo de cambio que se observa desde el pasado mes de julio. Calculada con el tipo de cambio promedio del mes pasado, la devaluación anual es de 4.3%. Esta nueva cifra obliga a enfatizar y replantear el contenido de la entrega anterior. El nivel actual del tipo de cambio debe analizarse y compararse con el tipo de cambio que requerirían los fundamentos y la absorción de los choques externos de precios de petróleo y de tasas de interés. Una devaluación excesiva representaría un sobreajuste que colocaría rápidamente la inflación por encima de lo contemplado en el Programa Monetario. Una devaluación insuficiente produciría un aumento de las expectativas devaluatorias.

Es muy posible que una devaluación acumulada al final de año de 4.5%, combinada con un aumento promedio de 50 puntos básicos en todas las tasas de interés del mercado, sea suficiente para ajuste que requiere la demanda interna y el monto de las importaciones.

Tercer Tiro
Aunque el tipo de cambio, la tasa de interés y la devaluación tienen que ajustarse para absorber los choques externos, los inversionistas y los empresarios locales deberían tomar en cuenta que a corto plazo las condiciones monetarias determinan también la tasa de devaluación esperada a través de ajustes en la demanda de rendimientos de los títulos de deuda denominados en moneda nacional. El cociente entre la Base Monetaria Ampliada y las Reservas Internacionales Netas equivale a un tipo de cambio teórico, el que cuando se compara con el tipo de cambio nominal observado, determina una medida de presión o relajamiento cambiario. Las evidencias empíricas demuestran una alta correlación entre la presión o relajación cambiaria de origen monetario y los rendimientos de los títulos de la deuda pública en el mercado secundario de valores. La entrada a las Reservas Internacionales de los ingresos de los bonos soberanos produce relajamiento cambiario y apalanca la capacidad de la economía para enfrentar los choques externos negativos.

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