El ex director del FBI James Comey testificó este jueves ante el Senado estadounidense sobre la investigación de la posible interferencia rusa en las elecciones presidenciales, un día después de emitir un comunicado en el que reveló las presiones recibidas por Donald Trump para cesar las pesquisas acerca de el ex asesor Michael Flynn.
Comey, despedido por el mandatario en mayo, llegó a las 10 de la mañana (hora local, 14 GMT) para recibir las preguntas del Comité de Inteligencia de la cámara alta.
«Las cambiantes explicaciones (sobre el despido) me confundieron y me preocuparon. (Trump) me dijo repetidamente que había hecho un buen trabajo y que era muy querido por la fuerza del FBI. Me confundió cuando dijo en TV que me despidió por la investigación sobre Rusia y cuando dijo que el despido alivió presiones. Eso no tuvo ningún sentido«, indicó al comienzo de su declaración.
Consultado por el Comité, indicó categóricamente que no tiene dudas de la intervención de agentes rusos en las elecciones presidenciales, «con propósito y sofisticación». También, negó que Trump haya solicitado detener la investigación sobre el tema, aunque apuntó que el mandatario le pidió «levantar la nube» que pesaba sobre tal pesquisa. Según su interpretación sobre dicha frase, el escándalo «no permitía gobernar» cómodamente al presidente.
Luego, consideró que Flynn sí estaba en riesgo legal cuando recibió el pedido de Trump de frenar la investigación. Al respecto, declaró: «No me corresponde decir si eso es una obstrucción de la justicia. Me pareció algo muy perturbador, pero es papel de la Justicia determinar si es una obstrucción o no». Y comentó que percibió la frase más como una orden que como un pedido.
Consultado por el Comité sobre qué cree que motivó su despido, indicó. «No estoy seguro. Creo en las palabras del presidente de que fui echado por la investigación sobre Rusia, que mi despido alivió presión».
Comey declinó de responder algunas preguntas por tratarse de datos confidenciales, las cuales serán detalladas en una sesión privada al grupo de tareas.
A su vez, defendió sus labores realizadas al frente de la agencia, y consideró que las frases de Trump sobre su trabajo en el FBI «fueron mentiras, simple y llanamente». En ese sentido, agregó que la Casa Blanca «mintió y lo difamó«, así como también a la agencia que lideraba.
En su declaración escrita, Comey declaró que sintió la necesidad de escribir reportes de sus reuniones privadas con Trump. Consultado por ello, el ex funcionario explicó que lo hizo «por la naturaleza de la persona», su «lectura» de él y porque creyó que «necesitaría un archivo para defenderse a sí mismo y al FBI», para evitar diferentes versiones sobre los encuentros. «Honestamente, tenía miedo de que (Trump) pueda mentir«, agregó.
Comey también explicó cómo fue que se hizo público la solicitud de Trump de abandonar la investigación sobre Flynn, publicadas por los medios citando a una fuente no identificada. Según contó, tras su despido el presidente mencionó la posible existencia de grabaciones sobre sus encuentros y, para aclarar y dar a conocer lo discutido, le pidió a un amigo que comparta sus reportes con un periodista.
Respecto a los repetidos elogios que asegura que recibió de Trump durante sus encuentros, Comey indicó que cree que el presidente los hizo «buscando conseguir algo a cambio» de una solicitud para permanecer en el cargo.
El testimonio de Comey en la audiencia legislativa más anticipada en años pone el foco de atención en la disputa de alto nivel entre dos hombres con imágenes públicas muy diferentes. El resultado podría tener repercusiones significativas para la presidencia de Trump, que apenas lleva 139 días, en momentos en que el abogado especial Robert Mueller y varias comisiones del Congreso investigan si el equipo de campaña del mandatario se coludió con Rusia antes de las elecciones del 2016.