El intento de crear un ‘califato’ en Oriente Medio ha fracasado y el espíritu combativo del Estado Islámico está en declive «terminal», señala el que fuera director del Servicio Secreto de Inteligencia británico MI6 entre 2009 y 2014, John Sawers. En su opinión, los bombarderos contribuyeron a su derrota, que está al caer, pero más que todo se debe a que las estructuras paraestatales del EI no pudieron «prestar los servicios esenciales» a la población. Es por eso que la gente celebra su expulsión en las ciudades liberadas.
Al mismo tiempo el ex alto funcionario gubernamental advierte sobre el creciente peligro de la difusión de las ideas extremistas en Internet. «Los individuos y sus redes son más importantes que cualquier territorio en particular. Un Estado Islámico ‘virtual’ va a emerger», asevera en un artículo publicado por el periódico ‘Financial Times’.
«A medida que el EI esté perdiendo los territorios, la batalla se desplazará de nuevo a Internet —pronostica—. Tanto el EI como Al Qaeda continúan un discurso activo en línea, dirigido a los seguidores conocidos y los potenciales lobos solitarios». El experto espera una mejora en la cooperación entre las empresas de tecnología y las agencias de seguridad nacionales «a medida que el impacto de la causa de Edward Snowden disminuya».
Sawers revela que las agencias gubernamentales solo del Reino Unido tienen que exigir la eliminación de alrededor de 1.000 envíos a la semana. En su opinión, las propias empresas que proveen y mantienen distintos canales de comunicación deben asumir la responsabilidad por su limpieza del contenido extremista.
«El EI es el cocodrilo que está más cerca de la canoa, pero Al Qaeda no ha desaparecido». A largo plazo, asegura el autor, esta organización terrorista «es más sostenible que el EI y sigue siendo un problema importante».
En julio un periódico estadounidense dedujo de los recientes llamamientos de los dirigentes que el EI prepara moralmente a sus seguidores para una derrota definitiva del autoproclamado ‘califato’. En los mensajes propagandistas ya no se descarta la posibilidad de que las fortalezas restantes caigan un día y los militantes deban seguir actuando desde la clandestinidad.
No solo los servicios gubernamentales se muestran interesados en suprimir el contento islamista en las redes sociales. Así, después de la masacre de Orlando los activistas de Anonymous ‘hackearon’ alrededor de 200 cuentas de la red social Twitter pertenecientes a supuestos partidarios del EI y las sustituyeron con mensajes del ‘orgullo gay’y enlaces a pornografía.