En un nuevo artículo de su Página Abierta titulado:La economía dominicana frente al nuevo escenario internacional, el Banco Central, explica que los riesgos sobre República Dominicana por las medidas arancelarias de Trump podrían mitigarse con las oportunidades que brinda la diversificación de las exportaciones dominicanas y la cercanía del país a mercados claves, mediante el «nearshoring».
El documento de la autoría de la autoría de Elisa Vilorio de Painter y Julio Andújar Scheker, indica que los riesgos relacionados con alta incertidumbre en la política comercial y migratoria de Estados Unidos, el excesivo endeudamiento mundial, los problemas geopolíticos y condiciones financieras internacionales más restringidas que además podrían traer cambios en la política monetaria de la Reserva Federal (FED), implican retos para la economía dominicana en este contexto, que son evidentes.
Indican que pese a los resultados positivos del país, la economía dominicana en 2025 estaría operando en un contexto internacional caracterizado por alta volatilidad, riesgos geopolíticos e incertidumbre en torno a las políticas económicas, comerciales y migratorias del nuevo Gobierno del presidente Trump.
La buena noticia es que existen también oportunidades que pueden aprovecharse para mitigar los riesgos existentes y mantener el dinamismo económico, sostienen.
Para 2025, a pesar del entorno internacional descrito, las perspectivas siguen siendo positivas debido al fortalecimiento de sectores claves, al gran dinamismo de la inversión extranjera y a las posibles oportunidades que brinda al país el “nearshoring”, entre otros factores.
El sector turístico, en particular, continuará siendo una fuente importante de ingresos y empleo. En términos de las políticas, la reducción de la tasa de referencia deberá impactar la economía de forma positiva en 2025, mientras se espera una mayor inversión pública en el sector fiscal en un entorno de moderación del déficit.
Identifican el “neashoring” como la práctica que buscar aprovechar las ventajas de proximidad geográfica (menos costos de transporte y mayor flexibilidad en la cadena de abastecimiento) para promover e incentivar el comercio.
Señalan que la cercanía del país con su principal socio comercial y los avances logrados en la diversificación de su producción y de sus exportaciones brindan una oportunidad para adaptarse mejor al nuevo entorno global.
“Dichos avances pueden observarse en el índice de complejidad económica de la universidad de Harvard (ECI), indicador que mide la capacidad productiva de unos 145 países tomando en cuenta su diversidad y ubicuidad. Según este índice, RD mejoró su posición relativa de forma importante, pasando del lugar 97 en el año 2000 al puesto 63 en el año 2022, superando a naciones de la región con grado de inversión como Panamá y Perú”, precisan
Aseguran que la diversificación de las exportaciones dominicanas ofrece oportunidades para aprovechar la relocalización de las cadenas de suministros que podría ocurrir en un entorno de tensiones comerciales.
Riesgos
El ambiente de tensiones comerciales podría generar efectos significativos en el flujo de las transacciones internacionales de bienes y servicios, afectando la economía global y provocando un aumento en los precios de los productos importados por Estados Unidos desde estos países. A su vez, las exportaciones de EE. UU. al resto del mundo se estarían encareciendo con la tendencia que muestra el dólar desde septiembre de 2024. En efecto, el índice del dólar estadounidense (DXY), un indicador que mide el valor del dólar con respecto a las monedas de seis países industrializados se ha incrementado en torno a 8.0 % en los últimos cuatro meses, generando nuevas presiones en los mercados cambiarios de las economías emergentes.
Sepa más
La economía dominicana cerró el año 2024 en una nota positiva con alto crecimiento, inflación controlada y niveles de empleos nunca vistos en la historia del país. En efecto, el producto interno bruto (PIB) creció 5.0 %, la tasa más alta en toda América Latina, mientras la inflación interanual se ubicó en 3.35 % una de las más bajas de la región, dicen los analistas del BCRD.
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Afortunadamente, RD cuenta con buenos fundamentos, por lo que tiende a recibir, cada año, un alto flujo de remesas que en 2024 fue de US$10,756 millones y de ingresos turísticos que se ubicaron cerca de US$11,000 millones. A esto se suma la inversión extranjera directa ya mencionada y las reservas internacionales en torno a US$13,400 millones al cierre de 2024, cifra por encima de las métricas requeridas a nivel internacional.