Las fases lunares pueden permitirte trabajar algunos aspectos de tu vida. Aquí las detallamos.
Luna nueva: marca el inicio del ciclo lunar y es ideal para enfocar tus objetivos con energías renovadas. Permite explorar tu oscuridad y aprender sobre tu espíritu, de una forma auténtica y verdadera.
Es un buen ejercicio plantearse objetivos, metas y escribirlos. A partir de esto, de haberlos plasmado en un papel, comenzar a trabajar, a meditar y a organizar estos nuevos proyectos. Aprovecha, además, para desterrar lo que ya no sirve, sean objetos, hábitos o patrones.
Cuarto creciente: va desde la luna nueva hasta la luna llena y trae aparejado el aumento de la luz. Es el momento en el que lo que has iniciado con la luna nueva se pondrá a prueba. Es momento para continuar, reforzando valores y modificando los cambios que se requieran.
Luna llena: es el momento para cosechar lo manifestado. Es el clímax energético del ciclo y el momento de observar los resultados del trabajo. Al igual que con la luna nueva, la llena se verá coloreada por la energía del signo en el que se encuentra. Durante este tiempo, recuerda lo que trabajaste durante la luna nueva.
Celebra, baila, reflexiona y escucha tus instintos.
Cuarto menguante: se reconocen los viejos hábitos y se decide dejar todo aquello que ya no sirve. Es un buen momento para ver dónde nos encontramos y de comunicación honesta.