Con medio siglo dedicado a la música típica, y a sus 72 años de edad, Manuela Josefa Cabrera (Fefita La Grande) aún no piensa en el retiro, pese a que ella misma admite que no se imaginaba que a estas alturas de su vida todavía estaría tocando.“Me voy a retirar cuando me muera. Me quitan el acordeón, me quitan el escenario, me quitan este micrófono y me pueden comprar la caja, porque esa es mi vida. Mi corazón, mi vida entera está en los escenarios, si voy a un espectáculo que no sea mío los piecitos me comen, yo quiero subir al escenario, porque esa es mi vida, y si Dios quiere, voy a decir como en algunas partes de mi país me dicen la Celia Cruz dominicana, voy a estar hasta que me muera en los escenarios”, asegura. Y cuando ya no pueda cantar o tocar acordeón, desea que su familia la lleve a los conciertos para estar cerca del escenario.
Con temple, sostiene que hay Fefita por mucho tiempo, ya que “ánimo y deseo de vivir y trabajar hay demasiado, y Dios me va a seguir ayudando”.
La merenguera típica, quien el 29 de mayo celebrará sus 50 años de carrera en el United Palace de Nueva York, con el espectáculo “50\20”, donde además se festejarán las dos décadas de trabajo en el arte de los humoristas Miguel Céspedes y Raymond Pozo, sostiene que es impresionante permanecer tanto tiempo en el gusto popular de todo el mundo, y que está “súper agradecida”.
“Agradezco a Dios el haberme puesto en mi camino un país como República Dominicana y unos seguidores como los que tengo para permanecer 50 años, en los cuales nunca se ha dejado de hablar de Fefita. No todo el mundo goza del privilegio que sigo disfrutando. No todo el mundo puede mantenerse por tanto tiempo en un lugar tan privilegiado. Será Dios que le pagará a mi gente para seguirme por tanto tiempo, admirarme, quererme, respetarme; de verdad que sí”, dijo la Mayimba, quien comenzó a tocar el acordeón a los siete años de edad.
Sostiene que, actualmente, no está tocando tantas fiestas, “pero sí se tocan 12 ó 15 en un mes, dependiendo; y como es natural y no es un secreto para nadie, tú no vas a pensar que Fefita va a hacer lo que hacía cuando tenía 30 años, que tocaba tres bailes en un día. Bueno, en estos días toqué tres fiestas, pero cómodamente. Tengo un muchacho que me ayuda en el acordeón, cuando él coge el acordeón yo canto, y a la gente le gusta”.
Balance artístico
Al pasar balance a sus cinco décadas de carrera, Fefita destacó que ha tenido mucha alegría, tropiezos, cosas bonitas y buenas, y muchas cosas malas también, pero le da gracias a Dios porque lo ha sabido llevar. A seguidas parafrasea el refrán que dice: “El dinero y la fama no es para todo el mundo”, y que ella ha tenido ambas cosas, pero las ha sabido manejar desde sus inicios.
“Desde que me pusieron el nombre de La Vieja Fefa, a los 22 años, he estado en la palestra pública, sin despegarme para nada. Nunca he estado dizque pegada en las nubes con un disco, pero algún tema suena; eso de pegarme así y despegarse no, todo el tiempo en un solo nivel, siempre toco mi fiesta, siempre me mantengo en el gusto de la gente, como artista me siento muy afortunada”, afirma.
Al ser cuestionada sobre las cosas malas a las que hace alusión, dice que en el tiempo que ella comenzó las cosas no eran como ahora, que hay más comodidades, y que tenía que andar en caballo, burro o en camioneta con los instrumentos arriba. “Pasaban muchas cosas en los tiempos cuando se peleaba en las fiestas; esos músicos de ahora no ven esos pleitos de cuchillos, palos y piedras, ya gracias a Dios no se ve”, recordó. “Muchas veces mi vida corrió peligro”, agregó. “Pasábamos mucho trabajo. Te voy a decir la verdad, pueden hacer todo lo que quieran, pero menos jugar con mi nombre, porque bastante trabajo y trasnochos pasé para conservar y mantener en alto el nombre de mi República Dominicana, con el nombre de Fefita La Grande, llevando el merengue a otros continentes”, expresa quien fuera la primera mujer en hacer sonar el merengue típico en Europa y Estados Unidos.
Dice que no tiene rival ni competencia en el género femenino, sino hermanas y compañeras, y que adora a todas las que tocan ese instrumento, citando a María Díaz y La India Canela. “ A todas las que van después de mí les tengo un respeto muy bonito, hay mujeres de esas que se han inspirado en mí, las quiero muchísimo; y de los hombres ni te digo, porque todos me adoran, me respetan y donde llega Fefita La Grande hay un stop”, afirmó.
Asegura que en estos años el merengue típico ha cambiado mucho, introduciéndole nuevos ritmos. Agregó que para adaptarse y mantenerse en el gusto de la gente, hace música de tradición, merengue derecho, “pero claro está que yo soy un músico a la moda, yo vendo una imagen, un nombre, y aparte de eso en las fiestas siempre estoy a la vanguardia, siempre le pongo su mambo a los merengues; aunque no lo acostumbro mucho le pongo su mambo para que la gente goce, disfrute de mi música”.
Expectativas con premio de Acroarte
Contrario a otros años cuando La Vieja Fefa llegó a implorar que le entregaran el Gran Soberano, al preguntársele qué espera en esta ocasión, solo dijo: “nada”, y agregó que está agradecida de los miembros de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), así como de toda la prensa, ya que a diario, en alguna parte de este país está el nombre de Fefita La Grande presente.
¿Espera que este año al fin le den el galardón? (risas) “Bueno, ni lo pido ni lo goloseo, pero si me lo dan lo dedico al público y a la República Dominicana. Yo dije que no iba a hablar de los Premios Soberano, pero, según la gente, desde hace mucho tiempo yo me lo merezco; claro, si me lo dan yo lo agradezco y se lo dedicaré a la República Dominicana”, expresó con buen sentido del humor, al tiempo de informar que vendrá desde Nueva York el día antes a la premiación, y regresará al día siguiente a Estados Unidos para seguir con su agenda de fiestas.
Marca país
Algo que caracteriza a esta artista es su forma de vestir, por lo que asegura que su imagen, de muchos años, la ha vendido como una marca-país. “No te voy a decir que no repito ropa. Claro, yo la repito, pero muy pocas veces. Por ejemplo, si me pongo una ropa en Higüey vuelvo a ponérmela en Santiago. Pero sé que la gente ya está esperando ver con qué viene puesto la Vieja Fefa, y gracias le doy a Dios”, al tiempo de adelantar que para los premios Soberanos su diseñador Leonel Lirio le está haciendo un vestido muy bonito, aunque no quiso dar detalles del mismo.
Vida familiar
Fefita, quien aprovechó para felicitar a su hija mayor, Miledys, por su cumpleaños, dice que llevar una vida artística y familiar es muy difícil, pero que goza del privilegio de ser madre de seis hijos: Miledys, Arelis, Ivelisse, Rafelito, Julio César y Raulito; 14 nietos y una bisnieta, los cuales viven en Estados Unidos. “La carrera me ha separado en una forma de la familia, pero ya mis hijos son hombres y mujeres. A veces duro mucho sin ir a Estados Unidos, como ahora, que duré 13 años sin viajar y ellos venían. Ahora que estoy viajando, nos estamos viendo siempre. Hemos estado juntos y separados porque ellos viven fuera, pero aunque me den los millones de Chanflin nunca voy a vivir en Estados Unidos, porque tengo un público maravilloso en República Dominicana que me ama y respeta. Mi carrera está aquí, mi trabajo está aquí, tengo mi casa, no vivo en una mansión; pero vivo cómoda con todo lo que quiero”, expresó.
De sus hijos, ninguno se interesó en seguirle los pasos en la música. Dice que Julio César toca muy bien el acordeón, pero no lo tiene de profesión, y que Arelis y Rafelito son los bailarines de la familia. “Yo le pregunto, cuando la veo bailando en las fiestas: -¿muchacha a quién tú saliste bailando tan bueno?-. Ella grita -a mi mamá- (risa)”.
La celebración
En el espectáculo “50-20” en el United Palace, que producirá el empresario Vidal Cedeño, prometió que va a dar todo de sí, que compartirá escenario junto con buenos artistas, y que va a tratar de hacer un espectáculo bien lindo, como los dominicanos, tanto de aquí como allá, se lo merecen. Cuando llegue de Estados Unidos va a tratar de hacer algunas fiestas de celebración en lugares de la capital, Higüey, La Romana, Santiago, Bonao y su pueblo natal, Santiago Rodríguez, entre otras locaciones. Su deseo es hacer 50 bailes en 50 lugares del país.