Twitter anunció ayer que fotos, vídeos, gifs y encuestas dejarán de ocupar espacio en los tuits, que cuentan con un límite de extensión de 140 caracteres.
Tampoco lo harán las referencias a otros tuits (citas), ni las menciones a otros tuiteros en las respuestas, unos cambios que se harán efectivos en «los próximos meses».
Los enlaces, sin embargo, seguirán comiéndose parte de los caracteres disponibles, aunque la red no descarta estudiar la posibilidad de cambiar esto más adelante.
«Investigamos siempre cómo hacer que los tuits puedan ser más expresivos», indicó el consejero delegado de la compañía de «microblogging» en un comunicado.
El límite de caracteres ha sido a la vez seña de identidad de Twitter -es esta brevedad la que ha contribuido al éxito de su inmediatez- y quebradero de cabeza para sus usuarios.
Aunque la tecnológica californiana no ampliará por el momento ese número, con esta maniobra sí que da algo de aire a quienes han tenido que hacer filigranas para que sus mensajes cuadrasen en un espacio tan limitado.
Acortar palabras o adjuntar imágenes con capturas de textos más largos son maniobras frecuentes de una picaresca tuitera que ha buscado formas eficaces de hacerse entender sin recurrir a una larga cadena de mensajes.
Además de aquellos que afectan al límite de la composición, la compañía estadounidense ha hecho públicas otras modificaciones relativas a los tuits.
En el futuro, los usuarios podrán tanto citar tuits propios como retuitearse a sí mismos.
Asimismo, cuando se comience un tuit con la mención a otra persona ya no será necesario que un punto preceda al nombre del destinatario para que aparezca en el «timeline» de todos sus seguidores.
«Pulir el producto y hacerlo más sencillo es una de las principales prioridades de Twitter para este año», ha indicado en un comunicado el consejero delegado de la tecnológica, Jack Dorsey.
Aumentar la sencillez y la accesibilidad de la plataforma ha sido una de las obsesiones de Dorsey desde que volviera a ocupar el cargo de consejero delegado en 2015: el cambio de «favorito» por «me gusta» y la introducción de la selección de los tuits más relevantes -que rompió con el concepto de línea de tiempo cronológica- fueron diseñados para contribuir a esta finalidad.
Una de las quejas más repetidas por los inversores de Twitter -cuyas acciones se cotizaban a 70 dólares en 2013 y hoy se pagan a poco más de 14- es que la red social es difícil de utilizar y resulta poco apetecible para nuevos usuarios.