El Gear Sport es apenas más pequeño que el Samsung Gear S3 y esa disminución afecta tanto al tamaño de pantalla que pasó de 1,3 a 1,2 pulgadas y al peso del Gear Sport que ahora es de 50 gramos.
Esa reducción en las dimensiones impactó también en la batería que ahora es de menor capacidad: 300 mAh frente a los 380 mAh del Gear S3. De todos modos tiene una autonomía interesante, que puede variar entre uno o dos días según el uso que se le dé.
En cuanto a las especificaciones técnicas, cuenta con 4 GB de RAM y el sistema operativo es Tizen 3.o. Tiene un bisel giratorio para acceder al menú de manera muy sencilla. Desde allí se pueden y la aplicación Gear Sport se pueden configurar las aplicaciones.
El reloj no requiere que se use solamente junto con un smartphone Samsung, ya que es compatible con dispositivos iOS y Android. Aunque para lograr que funcione de manera adecuada se requiere bajar aplicaciones adicionales, más allá de la app oficial.
Viene con reconocimiento de voz integrado, que se puede usar para configurar alarmas o hacer pedidos de búsquedas o llamados.
Lo más interesantes es que resiste hasta 50 metros de profundidad. Esta es una actualización importante respecto del modelo anterior. El Gear Sport integra una aplicación específica llamada Speedo On que se encarga de monitorizar y registrar esas sesiones de entrenamiento para recolectar diversos datos sobre las sesiones.
No cuenta con conectividad 4G, con lo cual no se puede independizar del teléfono. Un punto a favor: permite almacenar canciones directamente al Gear Sport para escucharlas offline cuando queramos.