El Gobierno de Colombia y las FARC han anunciado la mañana del miércoles en un comunicado que han llegado con éxito «al acuerdo del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, la dejación [entrega] de las armas y las garantías de seguridad». Este texto es el paso previo al anuncio oficial que se hará mañana jueves, también en La Habana. Este nuevo pacto no significa que el final de la violencia llegue de manera inmediata. Solo entrará en vigor cuando el punto 3, el del Fin del Conflicto, se firme en su totalidad. Tras más de 50 años de guerra, el enfrentamiento armado más longevo de América llega a su fin con más de seis millones de desplazados, más de 200.000 muertos y 45.000 desaparecidos.
Previsiblemente en el acto oficial del jueves se detallará el cronograma para el cese, las condiciones para la puesta en marcha de las zonas de concentración de los guerrilleros y la fórmula de dejación y entrega de las armas con garantías de seguridad para los desarmados. Quedan por cerrar los capítulos que hacen referencia a la implementación, la verificación y la refrendación de los acuerdos. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya está preparado parasupervisar y verificar el cese bilateral del fuego, incluyendo la entrega de las armas, a través de una misión política aprobada por el organismo el pasado enero. Las tareas durarán un año, con la posibilidad de extenderlas si lo piden el Gobierno y las FARC, y empezarán a contar tras la firma del acuerdo final de paz entre ambas partes.
El comunicado también especifica que el final de la guerra con la guerrilla implica «la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos». Es decir, se hace referencia directa sobre el papel a «las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz». Uno de los principales escollos que ha retrasado la negociación ha sido la demanda de las FARC de que se garantice su seguridad para que no se vuelva a producir un exterminio como el que sufrió el partido de izquierda Unión Patriótica durante los ochenta y noventa.
Al acto del jueves en La Habana acudirán las dos delegaciones que negocian la paz desde hace más de tres años, el presidente Juan Manuel Santos y el secretario general de la ONU Ban Ki-Moon en compañía del presidente del Consejo de Seguridad y el presidente de la Asamblea General. Raúl Castro, presidente de Cuba, el canciller noruego, Borge Brende, lo harán en calidad de garantes del proceso. También estarán en representación de los estados acompañantes, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet y el de Venezuela, Nicolás Maduro. Completan la delegación, el delegado especial de Estados Unidos para el proceso de paz, Bernie Aronson; y de la Unión Europea, Eamon Gilmore.
La guerrilla de las FARC se ha adelantando al anuncio del anuncio a través de sus miembros. Carlos Antonio Lozada, que forma parte de la comitiva insurgente en La Habana, comenzó a compartir mensajes en su cuenta de Twitter con elhashtag #ElUltimoDiaDeLaGuerra, desde primera hora de la mañana, canalizando la conversación en las redes sociales.
El martes los negociadores viajaron a Cuba para ultimar esta hoja de ruta y permanecerán en la isla hasta el 5 de julio con el fin de lograr un acuerdo definitivo, o al menos dejar cerrado los asuntos más relevantes. El lunes en la tarde, el presidente Juan Manuel Santos, aseguró que confía en haber firmado la paz con las FARC para el 20 de julio, día de la Independencia de Colombia. Para esa fecha, el mandatario confía en que la Corte Constitucional haya aprobado la celebración del plebiscito –la consulta que ha prometido a los ciudadanos para refrendar el acuerdo- y que estén listos los mecanismos jurídicos para aplicar la mayor parte de los pactos alcanzados en La Habana. “Creo que las dos partes queremos terminar lo antes posible para poder empezar a implementar. No quiero dar fechas porque siempre se le devuelven a uno con gran fuerza. La práctica ha demostrado que fijar fechas le hace daño al proceso, más cuando no es un acuerdo… aunque avanzamos aún falta pelo pa’l moño”, respondió a través de Twitter el líder de las FARC, alias Timochenko. La última fecha propuesta por ambas partes fue el pasado 23 de marzo y no se pudo llegar a un acuerdo.