Las primeras pruebas del Hyperloop, el revolucionario modo de transporte de alta velocidad que promete darle batalla a los aviones, tuvieron lugar ante los ojos del mundo en una locación del desierto de Nevada, cerca de las exuberante ciudad de Las Vegas.
Al parecer, los viajes supersónicos sobre la tierra dejarán de ser exclusivos del reino de la ciencia ficción, o al menos eso asegura la start-up Hyperloop One, una de las empresas que tomo la posta de Elon Musk, el visionario detrás de este concepto.
Sus ejecutivos aceptaron tomar el desafío de, en primer lugar recaudar fondos, y luego llevar a la realidad una idea que muchos pronostican significará la mayor amenaza para la aviación comercial en el mediano plazo.
Hyperloop nació en el año 2013 como un nuevo concepto de sistema de transporte que, mediante el uso de tubos presurizados, podría transportar pasajeros y carga a más de 1.220 kilómetros por hora. En un principio, tomado como una broma de un futurista sin posibilidad de ser llevada alguna vez a la realidad, hoy se ha convertido en el motor de una nueva industria con tres empresas diferentes que se encuentran desarrollando sus propias versiones de la idea madre.
Al parecer, la carrera por el espacio del nuevo siglo ha comenzado y en esta primera instancia, la batalla se librará aquí entre nosotros sobre el planeta tierra. Elon Musk anticipa que Hyperloop será el principal modo de transporte en Marte, planeta que busca colonizar mediante otro de sus mesiánicos proyectos, la empresa SpaceX, que busca hacer de los viajes al espacio algo más accesible.
Pero el verdadero atractivo de Hyperloop, más allá de su potencial extraterrestre, radica en la infinidad de aplicaciones que una tecnología de este tipo podría tener en el mundo real y cercano. Transporte submarino de cargas y personas a través de los continentes a una velocidad cercana a la del sonido promete achicar las distancias tanto físicas como culturales entre naciones, como ningún otro medio de transporte lo ha hecho antes.