La diversidad biológica de República Dominicana es una de las más ricas del Caribe y su endemismo es el más alto de las Antillas. Su territorio es la casa de unas 6,000 especies de plantas vasculares y su riqueza faunística la componen aves, invertebrados, anfibios, reptiles y mamíferos.
Biodiversidad: en pocas palabras se define como la variedad de la vida. Esta variedad abarca:
– la diversidad de especies de plantas, animales, hongos y microorganismos que viven en un espacio determinado,
– su variabilidad genética,
– los ecosistemas de los que forman parte estas especies
-los paisajes o regiones donde se ubican estos ecosistemas,
– los procesos ecológicos y evolutivos que se producen a nivel de genes, especies, ecosistemas y paisajes.
¿Por qué conservar la biodiversidad?
Agua y bosquesLas razones por las que es importante conservar la biodiversidad son muchas, pero vamos a empezar por algunas básicas, esenciales para la vida.
La primera es que biodiversidad y producción de AGUA van de la mano. Los ecosistemas boscosos son productores de agua y el agua es esencial para garantizar tanto la soberanía alimentaria como la vida misma. Sin ella los cultivos se secan y mueren. Una persona sin agua, moriría en unos días.
Este elemento es clave para una isla como la República Dominicana, con recursos más limitados y frágiles que los de un continente. Por eso la mayoría de los principales ríos dominicanos nacen en los bosques de nuestras áreas protegidas.
Por otro lado, los ecosistemas críticos (bosques nublados, latifoliados, de transición, secos…) y la biodiversidad que albergan son productores de OXÍGENO, esencial para la vida en nuestro planeta. La vida en la tierra sin oxígeno se acabaría.
Pérdida de biodiversidad es más rápida en hábitat marino que en el terrestre
La disminución de la diversidad de las especies es una crisis global que implica una reorganización a gran escala que afecta con más rapidez el hábitat de los océanos tropicales que en tierra firme, según un estudio que publica este jueves la revista Science.
Para elaborar este análisis global, los investigadores han empleados datos sobre la biodiversidad de más de 200 estudios, donde están representados los biomas principales. Un bioma es una zona geográfica donde hay grupos de animales y plantas que permanecen allí por la capacidad que tienen de adaptarse al entorno.
El autor principal del estudio, Shane A. Blowes, del Centro Alemán para la Investigación de Biodiversidad Integrante, y sus colegas encontraron patrones claros en la riqueza y la composición del cambio, donde los taxones marinos muestran índices mayores de modificación.
En particular, las zonas tropicales de los océanos se perfilaron como centros de pérdida de variedad de especies.
El análisis señala que, dado que la actividad humana está afectando la biodiversidad de una manera que diferente dependiendo de la parte del mundo, estos descubrimientos proporcionan una entendimiento biogeográfico de esos cambios que pueden contribuir a la establecer prioridades de conservación.
En un comentario sobre el estudio, Britas Klemens Eriksson , de la Universidad de Groningen, en Holanda, y Helmut Hillebrand, de la Universidad de Oldenberg, en Alemania, señalaron que «ha sido sorprendentemente difícil y controvertido encontrar señales de tendencias globales de la biodiversidad en el contexto de ecosistemas locales».
Las proyecciones sobre la biodiversidad global a menudo difieren o incluso contradicen las tendencias más volubles que se observan a nivel local, explicaron los investigadores.
El análisis de estudios llevado a cabo por Blowes y su equipo no identificó una tendencia general de pérdida global de especies, sino que mostró que la composición del conjunto de especies se está reorganizando en escala global.
Esta reestructuración podría tener consecuencias graves para el funcionamiento de los ecosistemas, y las conclusiones indican que el estudio de la pérdida de biodiversidad y los esfuerzos para contrarrestarla deben adaptarse al contexto y la ubicación geográfica.
«Blowes y sus colaboradores enfatizan que la crisis global de biodiversidad, al menos por ahora, no es primordialmente acerca de una declinación sino acerca de una reorganización en gran escala», apuntaron Eriksson y Hillebrand.