Investigadores de México y Canadá inventaron una trampa de mosquitos a partir de viejos neumáticos capaz de recoger miles de huevos que podrían portar el virus del zika. Este artilugio, bautizado «ovillanta», consiste en cauchos cortados y una solución líquida que atrae a los mosquitos Aedes aegypti, que además del zika transmiten el dengue y la chicungunya.
Las hembras dejan sus huevos en una tira de madera o papel dentro de la trampa de caucho mojada en esta solución. La tira puede ser removida semanalmente y los huevos destruidos con fuego o etanol.
Expertos en salud esperan que esta trampa pueda ayudar a la gente en áreas remotas donde son infrecuentes otros métodos, como el aire acondicionado.
LAS TRAMPAS DE NEUMÁTICOS TAMBIÉN SON MUCHO MÁS BARATAS: CUESTAN SÓLO UN 20% DE LO QUE COSTARÍA COMBATIR AL INSECTO CON PESTICIDAS
La idea es reducir el contacto de las personas con los mosquitos que propagan el zika, una enfermedad en apariencia leve pero que ha sido vinculada a defectos de nacimiento en Brasil.
«Decidimos usar neumáticos reciclados, en parte porque ya representan un 29% de los sitios de reproducción elegidos por los mosquitos Aedes aegypti, en parte porque los neumáticos son universalmente accesibles en entornos de bajos recursos, y en parte porque darles a los viejos neumáticos un nuevo uso crea una oportunidad de limpiar el medio ambiente local», dijo el investigador Gerardo Ulibarri, de la universidad Laurentian de Ontario.
LOS EXPERTOS PROBARON LAS TRAMPAS EN LA CIUDAD GUATEMALTECA DE SAYAXCHE A LO LARGO DE 10 MESES
Los expertos probaron las trampas en la ciudad guatemalteca de Sayaxche a lo largo de 10 meses. «Recogieron y destruyeron más de 18.100 huevos Aedes por mes usando 84 ovillantas en siete vecindarios», indica el estudio.
Esto fue «casi siete veces los cerca de 2.700 huevos que recogen mensualmente 84 trampas estándar (hechas con cubos de un litro) en la misma área de estudio».
Las trampas de neumáticos también son mucho más baratas: cuestan sólo un 20% de lo que costaría combatir al insecto con pesticidas, dicen los investigadores.
El proyecto fue financiado por el gobierno canadiense. Ulibarri colaboró con Ángel Betanzos y Mireya Betanzos del Instituto Nacional de Salud Pública de México y el Ministerio de Salud de Guatemala.
La solución basada en leche que se utiliza para atraer a los mosquitos fue desarrollada por la universidad Laurentian.