El trofeo de la Serie Mundial se dirige a Los Ángeles, pero la celebración se extiende hasta Japón.
La gente se congregó alrededor de las estaciones de tren en Tokio la mañana del jueves mientras las extras de los periódicos estaban listas para salir de las imprentas, proclamando a los astros japoneses Shohei Ohtani y Yoshinobu Yamamoto como campeones junto con sus compañeros de los Dodgers tras una emocionante victoria en el quinto juego de la Serie Mundial sobre los Yankees de Nueva York.
«Quiero agradecer a mis fanáticos japoneses por seguirme hasta el final en esta temporada», dijo Ohtani en la televisión japonesa. «Esas muestras de aliento me dieron algo de energía, así que estoy agradecido por retribuir eso ganando».
La distribución gratuita de periódicos es una tradición en Tokio cuando Japón celebra un gran evento. Y éste es uno enorme para un país cuyos peloteros alguna vez fueron considerados demasiado pequeños, o sólo buenos lanzadores.
Ahora, hay un fuerte orgullo en el hecho de que sus jugadores están entre los mejores de este deporte.
Japón derrotó a Estados Unidos en la final del Clásico Mundial de Béisbol el año pasado en Miami, otra señal del poderío del país en el «pasatiempo americano».
La coronación en la Serie Mundial también fue una victoria para la ciudad natal de Ohtani en el norte de Japón — Oshu — donde los aficionados han estado reuniéndose toda la semana y anticipando que su héroe superestrella ayudaría a conseguir el título.
