La compañía chileno-brasileña y mayor aerolínea de América Latina, Latam, confirmó el pasado lunes en un comunicado la suspensión de sus vuelos desde Santiago, San Pablo y Lima hacia Venezuela. El anuncio se dio apenas unos días después de que la alemana Lufthansa comunicara su decisión decancelar la ruta Frankfurt-Caracas a partir del próximo 17 de junio.
Latam argumentó «el complejo escenario macroeconómico actual que atraviesa la región». Destacó que considera a Venezuela «un mercado relevante y, por lo tanto, trabajará para retomar estas operaciones a la brevedad y en cuanto las condiciones globales así lo permitan».
Las suspensiones, que comenzaron el pasado 28 de mayo, se harán de manera gradual y se espera que concluyan el 1 de agosto.
Latam Airlines Brasil suprimió sus vuelos entre Caracas y San Pablo. A fines de julio, Latam Perú se sumará a la medida y cancelará el trayecto Lima-Caracas, al igual que Latam Airlines, que no cubrirá más la ruta Santiago-Guayaquil-Caracas.
Latam nació en 2012 de la fusión de la aerolínea chilena LAN y la brasileña TAM y cerró 2015 con 219 millones de dólares de pérdidas netas y una caída de ingresos del 18,8% en relación con 2014, debido al débil desempeño económico de Brasil, su principal mercado.
Humberto Figuera, presidente de la Asociación Venezolana de Líneas Aéreas (ALAV), indicó en abril de este año que el gobierno venezolano adeuda a las compañías internacionales unos 3.700 millones de dólares, un monto que comprende el período 2012-2013 y 2014.
Asimismo, Marisela de Loaiza, presidente de la Asociación Internacional de Aviación (IATA), señaló que sólo se hicieron dos pagos, en junio de 2015 y en marzo de 2016.
“Esto ha provocado una crisis en el sector, que ha experimentado un 50 por ciento de pérdida de asientos. Además ya se han ido 13 líneas y se han perdido destinos directos, cómo Santiago de Chile o Costa Rica”, agregó.
