La dictadura de Corea del Norte acusó este martes a Estados Unidos de trabajar para bloquear el desarrollo económico y denunció las sanciones impuestas por Washington «a los países pobres» como un intento de «destruir la civilización moderna».
El embajador Ja Song Nam, enviado norcoreano ante la ONU, dijo que Pyongyang resistirá el golpe de las sanciones y continuará «por el camino de la construcción del poder socialista a fuerza del espíritu de autosuficiencia y autodesarrollo».
Ja habló en un debate en la Asamblea General que se centró en las metas de desarrollo globales de las Naciones Unidas que tienen como objetivo erradicar la pobreza extrema para el año 2050, así como promover la salud y la educación.
«Estados Unidos se aferra a amenazas nucleares y chantajes sin precedentes, sanciones económicas y bloqueo para negar nuestros derechos a la existencia y el desarrollo, pero esto sólo resulta en una más afinada vigilancia y un mayor valor de nuestra parte», sostuvo el diplomático.
Estados Unidos encabezó la campaña en el Consejo de Seguridad para imponer dos recientes paquetes de sanciones a Corea del Norte, en respuesta por sus pruebas nucleares y de misiles.
En agosto, el Consejo cortó las exportaciones de carbón y otros minerales a Corea del Norte y el mes pasado amplió la prohibición a los textiles y el petróleo.
Para alcanzar los objetivos de desarrollo de la ONU, «debemos eliminar de inmediato las medidas arbitrarias de Estados Unidos, incluyendo las sanciones impuestas a los países en desarrollo», apuntó Ja.
Las medidas estadounidenses «están intentando destruir la civilización moderna y hundir este mundo en la oscuridad medieval», añadió.
Según cifras de las Naciones Unidas, cerca del 70% de la población de Corea del Norte carece de servicios básicos y padece escasez de alimentos, causada en parte por sequías, inundaciones y deslizamientos de tierra que han devastado la agricultura.
