En esta ocasión Raquel Arbaje de Abinader eligió una pieza de la colección Oscar de la Renta Resort ’24, un elegante traje de sastrería pulida con técnicas de diseño sofisticadas
En el escenario político, la rendición de cuentas del Presidente no solo es un evento significativo en términos de política y gobierno, sino también un momento donde la vestimenta, especialmente de la primera dama, Raquel Arbaje de Abinader, adquiere relevancia porque la moda es también una herramienta de comunicación.
En esta ocasión Arbaje luce una pieza de la colección Oscar de la Renta Resort ’24, un elegante traje de sastrería pulida con técnicas de diseño sofisticadas.
La falda de tubo de corte recto, confeccionada en tejido tweed, está cubierta con encaje de guipur con estampado de gardenias. Completa el look con la chaqueta a juego de cierre oculto en la espalda, de silueta péplum con un cinturón con acento de girasol dorado. Maquillaje de Zoranlly Flores y el peinado de Elvira Sepúlveda.
La elección cuidadosa de su atuendo no solo refleja su estilo personal, sino que también es un recordatorio visual de su importante rol como embajadora sutil de la nación.
LA CEREMONIA
El código de vestimenta establecido para asistir al Congreso Nacional para la solemne ceremonia de rendición de cuentas anual, es: para los caballeros traje negro, camisa blanca, corbata negra, medias y zapatos negros, y para las damas traje negro de falda o vestido y zapatos negros cerrados.
¿POR QUÉ DE NEGRO?
En el 1973, el entonces presidente Joaquín Balaguer dispuso mediante decreto que el traje sería blanco para las ceremonias realizadas entre los meses de verano, y oscuro para los actos en invierno.
Aunque en República Dominicana las estaciones del año no son tan marcadas, esa es la razón por la que el código de vestimenta para la toma de posesión es blanco, ya que se realiza en el mes de agosto y se considera todavía verano, y la Rendición de Cuentas de negro, porque se realiza en febrero, que corresponde al invierno.
MÁS ALLÁ DEL COLOR
El asesor de imagen Eddy Gómez, explica que, además de respetar el código establecido, la solemnidad del evento requiere un efecto monocromático con detalles elegantes y accesorios minimalistas.
“No se trata de simplemente utilizar un vestido negro, es elegir un diseño favorecedor a la silueta”.
Para acertar en la selección, Gómez señala tres elementos claves:
Armonía visual. Para actos con este nivel de formalidad, el peinado, accesorios, el bolso y el calzado, serán elementos clave, deben ser discretos y estar en plena coherencia
Silueta corporal. Cada mujer tiene un cuerpo distinto, y por lo tanto la vestimenta debe adecuarse a lo que mayor armonía aporta. Un punto a favor es que el tono negro ayuda a disimular ciertos detalles, sin embargo, vestir un corte inadecuado puede hacer lucir una silueta corporal poco agraciada.
Estilo personal. Por encima de toda etiqueta se corona el estilo, la esencia de la persona, por lo que se debe hacer una mezcla de lo que se ‘debe’ de acuerdo a formalidad de la ceremonia, sin dejar de lado lo que somos, sin caer en exageraciones.