La macabra carrera entre dos hermanas para perder peso

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La competencia empezó por las burlas de una hermana mayor a la menor por cuestiones de peso

Courtney y Rebbeca Grimshaw, dos hermanas californianas de 24 y 26 años, compitieron durante años en una macabra carrera por perder peso que terminó con una de ellas hospitalizada, cuando alcanzó los 31 kilos de peso.

La competencia empezó cuando Rebecca, de 14 años, empezó a molestar a su hermana Courtney, dos años más joven, diciéndole «trasero gordo» y «cerda». La situación llevó a que la menor de las Grimshaw pasara de pesar 58 kilos a 31 en un año, según constata el diario británico Dialy Mirror.
«Yo siempre quise ser como ella. Ella era muy hermosa, siempre tenía chicos alrededor y a todos mis amigos les gustaba», explicó Courtney.
Courtney llegó a pesar 31 kilos y a comer apenas 350 calorías al día Barcroft
Pero Rebecca no quiso quedarse atrás y se sumó a la desesperación por perder peso que llevaría a ambas a la anorexia. Las hermanas californianas se ejercitaban por horas y comían apenas 350 calorías por día, más que nada cereales y pan.
«Las dos competíamos para ser la hermana más flaca. Rebecca se dio cuenta de que lo que hacíamos era demasiado peligroso, pero yo sólo podía pensar en perder más peso», relató Courtney, que en poco tiempo llegó a mostrar apenas piel sobre el esqueleto.
Tras ser hospitalizada comenzó a recuperar el peso, pero desarrolló entonces problemas con el aclohol Barcroft
Cuando llegó a los 15 años de edad empezó también a perder el cabello. «Era como si de repente hubiera pasado de ser tremendamente flaca a ser una superviviente del holocausto», contó Rebecca sobre su hermana.
El punto final llegó por parte de sus profesores en el colegio, que contactaron a su padres y los amenazaron con llamar a las autoridades si no se internaba a Courtney, que en ese entonces ya tenía 16 años.
Las dos hermanas se recuperaron y volvieron a tener un peso saludable Barcroft
Con tratamiento médico, la menor de las hermanas empezó a recobrar el peso, pero mantuvo sus inseguridades con respecto a su figura y tuvo problemas con el alcohol. «Cuando estaba borracha no pensaba en comida y calorías», contó.
Las hermanas se recuperaron, ahora tienen un peso saludable y Courtney incluso está pensando en volver a la escuela. «Sin Rebecca no hubiera sido ni anoréxica ni alcohólica, pero sin ella tampoco hubiera salido adelante para ayudar a otras adolescentes en situaciones similares», concluyó la joven de 24 años.

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