La NASA consiguió abrir este martes el compartimiento presurizado de la sonda de la misión Osiris-Rex que recolectó fragmentos de un asteroide lejano y anunció que hallaron algo que los desconcertó en su interior. La agencia espacial aseguró que deberán examinar con sumo cuidado la valiosa muestra dada la dificultad y precisión que requirió obtenerla.
El último domingo la misión aterrizó en el desierto estadounidense en Utah, tras una maniobra de alto riesgo y siete años en el espacio. La cápsula traía una muestra, tomada en 2020 del asteroide Bennu, y que según las primeras estimaciones contenía alrededor de 250 gramos de material del mencionado asteroide.
La misión no estuvo exenta de problemas ya que durante aquella operación, la NASA se percató de que la tapa del recipiente recolector no podía cerrarse. Pero finalmente se logró asegurar la muestra y transferir a la sonda de acuerdo con lo previsto.
Sin embargo, debido a este fallo, los científicos esperaban encontrar restos de la muestra fuera del compartimento de recolección, en la caja donde estaba colocado dado que no se creía que todo el material hubiera sido resguardado.
Así es que el martes por la tarde, los científicos del Centro Espacial Johnson en Houston, Texas, consiguieron abrir una primera tapa en una de las cámaras herméticas de los laboratorios. Lo primero que hallaron los equipos de la NASA fue “polvo negro y restos”, según anunció la agencia espacial, sin precisar si se trataba de fragmentos de asteroide u otro sedimento.
Este material será analizado y se llevará a cabo un “cuidadoso proceso de desmontaje” del compartimento de recogida, “para poder acceder a la muestra principal que se encuentra en su interior”, escribió la agencia espacial.
Para el 11 de octubre está prevista una conferencia de prensa para “dar a conocer la muestra” . El análisis de la composición del asteroide Bennu permitirá a los científicos comprender mejor cómo se formó el Sistema Solar y cómo se volvió habitable la Tierra.
Fuente-yahoo.