El último incendio de Donald Trump, su ataque a los padres de un soldado estadounidense musulmán muerto en combate, ha movilizado a los pesos pesados del Partido Republicano, que han corrido a defender a la familia. La mayoría evita citar a su candidato, pero el senador John McCain, quien fue aspirante presidencial y prisionero en Vietnam, le criticó directamente. Con la campaña oficial ya en marcha, una vez pasadas las convenciones de los dos grandes partidos, Trump ha pisado un elemento sagrado de los conservadores: el respeto a los héroes de guerra.
«Yo podría plantarme en la Quinta Avenida y disparar a alguien y no perdería votos”. Así es como en enero Trump se jactaba de la lealtad de sus partidarios y defendía que, fuera cual fuera la barrabasada que dijera, no le pasaría factura electoral. Varios meses y polémicas después, el empresario neoyorquino ganó la candidatura republicana tras derrotar a más de una docena de rivales. Tenía razón, ninguna salida de tono le costó apoyos. ¿Seguirá siendo así?
Trump ha ofendido esta vez a los padres de un joven caído en combate, a los que en Estados Unidos, en señal de respeto, se les llama Gold Star (en español, estrella dorada). El establishment conservador ha salido en tromba para desmarcarse de quien es su candidato para las elecciones presidenciales de este noviembre. John McCain, el más duro, se sumó este lunes a las críticas del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y de John Kasich o Jeb Bush, ambos precandidatos en las primarias republicanas de este año.
“Aunque el partido le ha concedido la nominación, eso no viene acompañado de una licencia sin límites para difamar a lo mejor de nuestro país”, afirmó John McCain, senador por Arizona, en un comunicado. “Somos un país mejor gracias a ustedes. Su hijo era lo mejor de Estados Unidos y la memoria de su sacrificio nos hará una mejor nación, y nunca le olvidaremos”, añadió, dirigiéndose a Khizr y Ghazala Khan, los padres del soldado caído.
Los Khan participaron en la convención demócrata de Filadelfia para apoyar a Hillary Clinton, candidata ya oficial, y criticar a Trump, quien en los últimos meses propuso prohibir la entrada de los musulmanes a Estados Unidos como protección ante el terrorismo. Su hijo, el capitán Humayun Khan, un estadounidense musulmán, murió en acto de servicio en la guerra de Irak, sacrificio que, según argumentó el padre en el escenario, no hubiese sido posible si ellos no hubieran emigrado a EE UU. Trump replicó a esta intervención en varias entrevistas insinuando que la esposa no había hablado porque quizá no se lo habían permitido.
“Espero que los estadounidenses entiendan que esas declaraciones no representan al Partido Republicano, sus funcionarios o candidatos”, recalcó McCain, que fue prisionero en Vietnam durante cinco años y quien también se las tuvo con el candidato republicano hace un año, cuando este se mofó de la consideración de héroe que tiene en Estados Unidos. “Me gusta más la gente a la que no capturan”, espetó Trump.
La de McCain fue una de las llamativas ausencias en la convención republicana de Cleveland hace dos semanas, cuando se formalizó la candidatura del magnate. Tampoco acudió ningún Bush. Jeb, derrotado por Trump en las primarias, tachó ayer de “increíblemente irrespetuoso” el comentario del constructor neoyorquino sobre una familia que “ha padecido el mayor sacrificio” por el país.
El número dos de la campaña de Trump, el candidato a vicepresidente, Mike Pence, trató de calmar las aguas con otro comunicado: “Donald Trump y yo creemos que el capitán Humayun Khan es un héroe americano, y su familia, como todas las Gold Star deberían ser ensalzadas por cada americano”, dijo, aunque se reafirmó en la visión de Trump sobre los inmigrantes y la seguridad al defender que se suspenda la entrada de personas de países tomados por los terroristas.
Mientras, la estrategia demócrata está mostrando un marcado tono patriótico ybusca ocupar un espacio central en la política del que Trump se ha alejado. El presidente estadounidense, Barack Obama, en un acto de veteranos de guerra en Atlanta, aludió a la polémica cuando dijo que «nadie ha dado más por nuestra libertad y seguridad que nuestras familias de estrella dorada».
El episodio pone de relieve de nuevo la distancia entre el establishment republicano y su candidato, al que no supieron derrotar en el transcurso de de las primarias y al que tardaron en desautorizar cuando comenzó su retahíla de ataques a mujeres o mexicanos. El caso del capitán Khan supondrá un punto de inflexión o una prueba más de la inmunidad del candidato que dijo que podría salir a disparar en la Quinta Avenida sin que le costase un voto.