La ONU inauguró hoy la década de la agricultura familiar, que durará hasta 2028, con el objetivo de poner en práctica un plan de acción global que luche contra el hambre y la pobreza en las zonas rurales.
El director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, subrayó en el acto de inauguración celebrado en Roma que “los agricultores familiares producen alimentos frescos y locales de manera sostenible”, una contribución clave para la lucha global contra el hambre y la obesidad.
Indicó que durante los próximos diez años trabajarán con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y las alianzas de parlamentarios en los distintos países con el fin de promover el plan de acción global.
Así buscan crear un entorno político propicio para fortalecer la agricultura familiar, apoyar a los jóvenes, fomentar la equidad de género, impulsar las organizaciones de dichos productores, mejorar su inclusión y resiliencia, lograr sostenibilidad e innovar a favor del desarrollo territorial, según los siete pilares de los que se compone el plan.
El presidente del FIDA, Gilbert Houngbo, destacó que los 500 millones de pequeños agricultores que viven en el mundo son la “columna vertebral” de las economías rurales y los sistemas alimentarios a largo plazo, además de importantes generadores de empleo en el campo.
“Este decenio llama a la comunidad internacional a aumentar los esfuerzos para un mundo sin pobreza ni hambre”, dos problemas que afectan especialmente a las poblaciones rurales de los países en desarrollo, afirmó.
Con ocasión de esa iniciativa de la ONU, el papa Francisco envió un mensaje en el que destacó el papel de las familias de productores cuya “agricultura sostenible tiene consecuencias beneficiosas para toda la humanidad y salvaguarda el medioambiente”.
Declaró que “el talento de los jóvenes debe contar con el respaldo del entorno educativo y con políticas económicas que proporcionen las herramientas necesarias para expresar sus capacidades y convertirse en agentes de cambio y de desarrollo de sus comunidades desde la visión de la ecología integral” frente al avance del “paradigma tecnocrático”.
Theo De Jager, presidente de la Organización Mundial de Agricultores, criticó los obstáculos que siguen enfrentando los productores más pobres, incluyendo el dominio de las grandes corporaciones, las disputas comerciales, las barreras de los países ricos, la competencia desleal, el acaparamiento de tierras, los conflictos y el cambio climático.
Desde el Foro Rural Mundial, su presidente, Martín Uriarte, instó a la elaboración de planes nacionales y a la asignación de presupuestos para mejorar la vida de los agricultores familiares, fortalecer los espacios de diálogo político y las organizaciones de productores, y supervisar el cumplimiento de las políticas.
En el mundo existen más de 600 millones de explotaciones agrícolas, de las que más del 90 % son gestionadas por una sola persona o familia y producen más del 80 % de los alimentos.