LOS ÁNGELES, California.- Las autoridades de Los Ángeles revelaron este lunes los datalles de la operación que llevó al arresto de tres sospechosos de causar el peor incendio provocado en la historia de la ciudad, un fuego ocurrido en 1993 como una venganza de una pandilla -según la investigación- y que se cobró la vida de 10 personas, 7 de ellas menores de edad.
Un cuarto presunto culpable está aún en paradero desconocido. El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) cree que huyó del país.
Las detenciones se produjeron gracias a los testimonios de quienes finalmente decidieron contarle a la Policía el horror que vieron hace 24 años en un edificio de apartamentos en el barrio hispano de Westlake.
Aquella tarde del 3 de mayo de 1993, la ciudad se conmocionó por el saldo de tan devastador incendio: tres mujeres adultas (de las cuales dos estaban embarazadas), siete niños de edades tan cortas como cuatro años. La mayoría de los fallecidos fueron hallados en el pasillo del tercer piso del inmueble en Westlake, sin detectores de humo adecuados, ni rutas de escape.
La investigación inicial arrojó que el fuego había sido provocado por pandilleros de la banda Barrio 18, en respuesta a que no les dejaran vender de narcóticos en el lugar. Pero a lo largo de los años, los fiscales no pudieron enjuiciar a los responsables por falta de pruebas. Incluso a finales de la década de 1990 retiraron los cargos contra dos sospechosos porque no tenían un caso sólido.