La industria avícola de Estados Unidos ha pasado décadas tratando de hacer crecer los pollos más rápido. Ahora, algunos de sus clientes están en busca de productores dispuestos a retrasar un poco su desarrollo.
En los actuales criaderos, un pollo típico crece el doble del tamaño que tenía hace 50 años en, más o menos, la mitad del tiempo. Esta aceleración les ha significado importantes ahorros y ganancias más robustas a los criadores.
No obstante, compañías como la cadena de supermercados especializada en alimentos naturales Whole Foods Market Inc. yStarbucks Corp. apuestan a que los consumidores finales estarán dispuestos a pagar más por un pollo criado a un ritmo más pausado.
La creciente demanda de carne de estos animales refleja una preferencia por alimentos desarrollados con métodos más humanitarios y naturales. El debate sobre el origen de los alimentos ha impulsado una ola de cambios por parte de empresas que durante décadas se focalizaron en reducir los costos de producción y aumentar la escala de sus operaciones.
“Se trata de una decisión sobre el bienestar de los animales y sobre el perfil de sabor” del pollo, dice Theo Weening, encargado de las compras de carne de Whole Foods, quien añade que considera desarrollar un programa de marketing similar a la Etiqueta Roja, la marca de garantía de calidad utilizada en Francia.
Los economistas agropecuarios calculan que el costo de la carne de aves de crecimiento lento, que suelen ser criadas al aire libre, puede ser entre 20% y tres veces mayor que el del pollo convencional.
“La mayoría de la gente no está dispuesta a pagar esa cantidad de dinero para poner pollo en su mesa”, dice Jerry Moye, director del criadero Cobb-Vantress Inc., que pertenece a Tyson Foods Inc.
Tres empresas —Aviagen Inc., Cobb-Vantress y Hubbard, una filial de la firma francesa Groupe Grimaud La Corbière— proporcionan la genética para la mayor parte de la oferta mundial de pollos. Señalan que han enfatizado rasgos como el aumento rápido de peso para reducir los costos de producción y hacer la carne más asequible para los consumidores.
Los criadores afirman que esas cualidades se combinan con rasgos como la resistencia cardiovascular y esquelética para garantizar una mejor salud de las aves en respuesta a problemas del pasado como ataques al corazón y deformidades en las patas.
Agregan que la eficiencia en la alimentación de los pollos —su capacidad de ganar kilos con menos alimento que los cerdos o el ganado vacuno— hace a las aves de corral una fuente ideal de proteínas para una población mundial que las incorpora cada vez más a su dieta.
Se prevé que este año la producción mundial de pollo se incremente a un récord de 89,7 millones de toneladas, según el Departamento de Agricultura de EE.UU.
Compañías como Nestlé SA y Bon Appétit Management Co., deCompass Group PLC, están presionando a los proveedores para que dejen de lado el reciente progreso genético, argumentando que décadas de cría selectiva han dado lugar a serias dolencias y problemas musculares en los pollos, que tampoco tienen ya el sabor de antes.
En lugar de eso están recurriendo a híbridos como “JA57”, que son criados durante un mínimo de 81 días en algunos mercados, señala Hubbard, que posee esas variedades. Otros, como los pollos marrones Rowan Ranger, propiedad de Aviagen, se desarrollan completamente en 56 días, es decir, necesita dos semanas y media más para alcanzar el mismo peso que las variedades convencionales de la compañía.
Whole Foods prevé que la transición a la venta de solamente aves de crecimiento más lento en sus locales demorará alrededor de ocho años. Para esto deberá repoblar sus criaderos con pollos que crezcan aproximadamente 50 gramos al día, alrededor de 23% más lentamente que el estándar de la industria, según Global Animal Partnership, una organización sin fines de lucro que certifica a los proveedores de carne de la cadena.
Eso se debe en parte a que el suministro actual de aves de crecimiento lento es insignificante, con estimaciones que van desde una fracción de 1% a 3% de la genética de pollos comerciales a nivel mundial.
Bon Appétit Management, que utiliza alrededor de 5 millones de kilos de pollo al año en las cafeterías de empresas y otros lugares que gestiona, señala que trabaja con los productores para evaluar si puede aumentar la compra de aves de crecimiento más lento.
El cronograma de varios años es práctico porque “no hay un suministro inmediato al que podamos cambiar”, dice Maisie Ganzler, jefa de estrategia de la compañía, quien espera que más empresas de alimentos hagan anuncios similares en los próximos años.
Hubbard es el mayor criador de aves de crecimiento lento por ventas, según la compañía, en parte porque el movimiento para preservar las cualidades de la crianza tradicional del pollo tuvo su origen en Francia.
Los productores de pollos franceses compran sus aves “basados en factores culinarios, como el gusto y la tradición”, explica Paul van Boekholt, director de las operaciones de Hubbard en Europa del Norte, añadiendo que la empresa ha conservado un acervo génico de aves de crecimiento lento durante más de 50 años. La compañía ha experimentado una fuerte expansión en los últimos años a raíz de las batallas libradas por el bienestar de los animales por parte de los consumidores en Holanda y el Reino Unido, dice Van Boekholt.
Otras empresas de cría, que dominan el negocio de las variedades utilizadas por procesadores de carne como Tyson y Perdue Farms Inc., ven un futuro menos optimista para el pollo de crecimiento lento, puesto que consideran que podría aumentar los precios para los consumidores y usar más recursos.
“La eficiencia alimenticia no es simplemente una consideración de costos, sino que también tiene serias implicaciones para nuestro medio ambiente”, asevera Derek Emmerson, vicepresidente de investigación y desarrollo de Aviagen, con sede en Huntsville, Alabama. Indica que las aves de crecimiento más rápido requieren menos alimento y agua y producen menos residuos.
En cualquier caso, estos tres criadores dicen contar con los recursos genéticos necesarios en caso de que sus clientes opten por el cambio. “Si me dice cómo quiere que sea un ave, con gusto le contaré cómo conseguirla”, afirma Moye, de Cobb-Vantress.