Los estudiantes latinos están más expuestos a maestros sin experiencia y tienen menos acceso a clases avanzadas

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Graduandos de una secundaria en Brooklyn.

Los estudiantes latinos y afroamericanos tienen mayores probabilidades de asistir a escuelas con maestros con poca experiencia y también tienen menos acceso a clases avanzadas de matemáticas o ciencias que sus pares blancos, según un nuevo reporte del Departamento de Educación sobre la igualdad educativa en las escuelas.

El informe recoge datos de los más de 50 millones de estudiantes y más de 95 mil escuelas del sistema de educación pública del país, sobre variados temas como la disciplina escolar, el acceso a cursos avanzados, personal docente, expulsiones y, por primera vez, ausentismo.

El reporte indica que durante el año académico 2013-2014 unos 6.5 millones de estudiantes se ausentaron de la escuela recurrentemente (por 15 días o más), y que de esos el 20% eran latinos.

Estudiar estos datos es particularmente importante porque el ausentismo recurrente es causa primordial de bajo rendimiento académico e indica que un alumno podría eventualmente abandonar la escuela.

Investigaciones han demostrado que los niños que se ausentan crónicamente en pre-k, kindergarden y primer grado tienen mayores probabilidades de no poder leer óptimamente en tercer grado, y los alumnos que se ausenten recurrentemente entre el octavo y el duodécimo son más propensos de abandonar la escuela para siempre.

En cuanto a la calidad de la educación y del personal docente, el informe halló que el 11% de los afroamericanos y el 9% de los estudiantes hispanos tiene más posibilidades de asistir a una escuela con una concentración alta de maestros con poca experiencia, típicamente en su primer año docente, comparados con solo el 5% de los estudiantes blancos.

Los estudiantes de ambos grupos minoritarios también tienen mayores posibilidades de estudiar en un plantel con fuerte presencia de docentes sin todas las certificaciones o licencias necesarias para enseñar.

Por otro lado, el acceso a cursos avanzados que los reten y los preparen para la universidad también desfavorece a los estudiantes latinos y afroamericanos, quienes tienen menos posibilidades que sus pares blancos de asistir a escuelas que ofrezcan clases como física, química, álgebra o cálculo.

Los datos indican que sólo una tercera parte de las secundarias del país con alta matrícula de latinos y afroamericanos ofrece cursos de cálculo, mientras más de la mitad con matrícula minoritaria de estos grupos los ofrece. La tendencia se repite en las demás materias.

El secretario de Educación, John B. King Jr., dijo que el reporte ilustra de manera clara las «disparidades de oportunidades y experiencias que los distintos grupos de estudiantes tienen en nuestras escuelas».

Además, explicó que los resultados «crean la necesidad de seguir llamando la atención para hacer lo mejor y cerrar la brecha de logros y de oportunidades» entre estudiantes de todos los grupos demográficos.

Un área en que las escuelas demostraron relativa mejoría fue en que suspendieron por medidas disciplinarias a menos estudiantes que en 2013-2014 (20% menos), pero los estudiantes más suspendidos siguen siendo los afroamericanos y los latinos, los que están aprendiendo inglés y los que tienen discapacidades.

En todo el país 2.8 millones de estudiantes entre kinder y duodécimo fueron suspendidos durante el año escolar, casi la mitad de ellos afroamericanos (1.1 millones) y 600 mil hispanos.

El gobierno estadounidense ha exhortado a las escuelas limitar las suspensiones por razones disciplinarias, porque pueden ser contraproducentes.

Suspender a estudiantes, sobre todo por causas menores, sólo sirve para alimentar el denominado «flujo de la escuela a la cárcel», que es la tendencia a criminalizar cualquier infracción, sacando a los estudiantes de las escuelas y poniéndolos en contacto con los sistemas de justicia juvenil y criminal.

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