Los talibanes afganos lanzaron la pasada semana su propia aplicación móvil a través de Google Apps, si bien ya no está disponible para su descarga al ser una versión de prueba y ser detectados diversos fallos a corregir.
Bajo el nombre “Alemarah App”, ofrecía material en pastún -lengua étnica de Afghanistan y Pakistán-, como noticias y vídeos de las actividades de la formación insurgente en su lucha contra el Gobierno afgano y las fuerzas internacionales, si bien en el futuro esperan ampliar la oferta a otros idiomas.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid indicó esta semana a Bloomberg que la app “es parte de nuestros esfuerzos tecnológicos para conseguir más audiencia global”. Por su parte, un analista de seguridad con base en Kabul, Jawid Kohistani, indicó al portal económico que “la app ayudará a los talibanes a debilitar psicológicamente aún más a Afganistán”.
Las propias cuentas reportadas como talibanes de Twitter hacían difusión de la app.
La decisión de los talibanes de apostar por el mundo virtual es una muestra de su creciente apuesta por las nuevas tecnologías tras años de oposición a estos avances. “La tecnología digital en línea está desempeñando un papel clave en la publicación de información, por eso nuestro equipo técnico ha desarrollado y lanzado una ‘app’ para ayudar a difundir nuestras noticias”, indicó a Efe Mujahid.
Una vez que la formación insurgente “acabe con los errores, la app pasará a estar a disposición de la audiencia para siempre”. Mujahid, activo usuario de la red social Twitter, detalló que la aplicación cumple con las normativas internacionales y aseveró que los insurgentes cuentan con un “equipo profesional” para impedir posibles “hackeos”.
De prohibir la tecnología a abrazarla
Durante su régimen entre 1996 y 2001, los talibanes prohibieron el uso de televisiones y móviles y persiguieron a los infractores de la norma, en línea con sus ideales conservadores.
Casi 15 años después, la oficina de prensa de los talibanes tiene webs en cinco idiomas, usa correos electrónicos, tiene cuentas de Twitter y Facebook, y envía mensajes de texto para difundir su propaganda pidiendo a sus seguidores que digan “me gusta” en las redes sociales o la compartan en comunidades digitales. La formación insurgente cuenta con páginas en cinco idiomas.
