El mismo Michel Temer llegó a calificarse en una oportunidad como el vicepresidente «decorativo» de Brasil, que ahora ocupa el sillón presidencial. Pero más decorativa parece ser su esposa Marcela, 43 años más joven, ex reina de belleza y «cuestión nacional «, ya desde la primera toma de posesión de Dilma Rousseff en enero de 2011.
La belleza y la juventud de esta ex Miss llamó la atención de todo el mundo durante aquel evento de asunción, robándose las cámaras.
Antes de casarse, Marcela fue una modelo. En 2002 , participó en el concurso de Miss Paulinia , en San Pablo , y quedó en segundo lugar.
Finalmente fue elegida Miss Campinas y fue vice señorita en San Pablo, también.
La ex modelo se casó con Michel Temer en 2003 y abandonó la carrera de modelaje. Ella tiene 31 años y su marido 74.
Con un juicio político que parece cada vez más cerca de materializarse en Brasil, con la consecuente suspensión de Rousseff de su cargo, la prensa brasileña ya empezó a hablar de Marcela como la «cuasi primera dama».
Según la revista Veja, Marcela Temer es una mujer afortunada porque tiene marido, un hijo y una vida parecida a la propaganda comecial de una marca de margarinas.
Y agrega que si no fuera por la «agitación política que vive el país», su vida sería el cuento de hadas de la Vice Primera Dama.
En un informe publicado en abril, la revista destaca las cualidades de » buena esposa » , señora de «casa» y » recatada » de Marcela, que aparentemente ya está lista (al igual que su marido) para subir un nivel en el juego político en el que «quienes dan los cartas son los golpistas», sostiene en un dura crítica al vice del PMDB.
Dueño de un perfil discreto, Michel Temer, ha sido el escolta político de Dilma Rousseff desde el comienzo de su mandato, en 2011, pero la crisis ha desvelado que el matrimonio político entre ambos era de conveniencia y que él está dispuesto a ocupar el sillón presidencial.
Primero en la línea de sucesión, Michel Miguel Elias Temer Lulia, de 75 años, podría ser el próximo presidente de Brasil si Rousseff finalmente pasa por la guillotina del juicio político en el Senado y los legisladores deciden que existen argumentos para despojarla de su cargo.
Conocido por su fama de conciliador, Temer ha sido durante años el encargado de tejer y destejer las alianzas dentro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), una formación ambigua que se ha deslizado de un lado a otro de la balanza política en función de sus intereses.
El hábil político fue uno de los artífices de la gobernabilidad de la presidenta Rousseff durante su primer mandato, pero no dudó en comandar el desembarque de su partido cuando los problemas oscurecieron el cielo de la mandataria y la sumergieron en un huracán sin fin.
Temer ya dio pistas el año pasado del camino que estaba trazando y remitió a la presidenta una explosiva carta en la que aireó su disconformidad con el Gobierno, marcando así el inicio del fin de una relación basada en los protocolos y las apariencias.
«Siempre tuve ciencia absoluta de la desconfianza de la señora en relación a mí y al PMDB», sostuvo el político, descendiente de libaneses y benjamín de una familia de ocho hermanos. En su misiva, el experimentado estratega acusó a Rousseff de tratarle como un «vice decorativo», «un accesorio» que «solo fue llamado para resolver las votaciones del PMDB y las crisis políticas».
La carta sacudió los cimientos de la alianza entre el PMDB y Rousseff y desde entonces el político se mantuvo en un segundo plano, moviendo los hilos del poder desde la bastidores mientras su presidenta capeaba el temporal político y económico que azota al país.
Pero el vicepresidente se cansó de estar a la sombra de Rousseff y comenzó a ensayar su toma de posesión.
En un audio divulgado por un supuesto «error», Temer salió a escena con un discurso en el que anticipó el desenlace político de la jefa de Estado y dio pinceladas sobre el que sería su programa gubernamental.
Fuera del escenario político, Temer es padre de cinco hijos, y es su actual esposa quien ha captado los flashes y ha levantado envidias por su belleza.