Un estricto dispositivo de seguridad resguarda los 25,000 metros cuadrados del Palacio Nacional. A primera hora de este jueves ya se había desplegado todo un sistema de vigilancia, tanto en la zona exterior como interior de la casa presidencial.
La máxima protección no es para menos: el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, llegó a las 11:40 de la mañana al Palacio Nacional, acompañado de su comitiva y un robusto esquema de seguridad, liderado por el Servicio Secreto y agentes policiales.
El funcionario de ascendencia cubana fue recibido por el ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza, y otros funcionarios del gobierno.
Rubio, que arribó el miércoles por la noche a República Dominicana procedente de Guatemala, se ha reunido en privado con el jefe del Estado en el Salón Blanco de la casa presidencial. Luego, sostendrán un almuerzo de trabajo, que también será a puertas cerradas. Las declaraciones ante los medios de comunicación serán más tarde.
La visita del jefe de la diplomacia estadounidense al país caribeño es la quinta y última escala de su primera gira por América Latina, tiene como objetivo ampliar y reforzar los lazos bilaterales entre ambas naciones.
Para ello, la agenda de trabajo de Rubio y Abinader incluye una serie de temas de alto interés, que podrían marcar el rumbo de sus relaciones diplomáticas, que pronto cumplirán 141 años, bajo una segunda administración del presidente Donald Trump.
La migración, la crisis de Haití, la suspensión de los fondos de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), y el narcotráfico son algunos de los temas que ocupan un lugar central en la mesa de trabajo. Las expectativas, sin embargo, se han concentrado en torno al país vecino y la Usaid.
Después de que la ONU dijera que había recibido una notificación del gobierno del presidente Trump, en la que se pedía parar “de inmediato” la contribución económica a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS), el Departamento de Estado informó sobre las exenciones que ha concedido Rubio en la congelación de esos fondos millonarios.
“Estados Unidos no ha pausado toda la ayuda a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití”, comunicó un portavoz de su despacho ayer, miércoles.
Con respecto a los programas humanitarios de la Usaid, el Departamento de Estado ha congelado la mayor parte de las ayudas al exterior en todo el mundo, incluyendo las de República Dominicana, tras un decreto que firmó el presidente Trump.
En los últimos 10 años, Estados Unidos asistió al país caribeño con US$697,856,244, según datos de la “U.S. Foreign Assistance” (Asistencia al Exterior de Estados Unidos), del Departamento de Estado y la Usaid.
Este apoyo económico ha abarcado diversas áreas estratégicas, como proyectos de infraestructuras, para la educación, el fortalecimiento de la democracia y la sostenibilidad ambiental, entre otros.
En su sitio web, el Departamento de Estado ha indicado que los encuentros de Rubio con altos funcionarios, presidentes y líderes empresariales “promoverán la cooperación regional” con los intereses que comparte Washington con los otros países a donde ya ha ido el exsenador de la Florida.
“Detener la migración ilegal y a gran escala, combatir el flagelo de las organizaciones criminales transnacionales y los narcotraficantes, contrarrestar a China y profundizar las alianzas económicas para mejorar la prosperidad en nuestro hemisferio”.
En eso ha consistido la gira del funcionario estadounidense, que inició por Panamá y siguió por El Salvador, Costa Rica y Guatemala. La migración, en particular, ha sido el tema principal.
El 31 de enero pasado, un día antes de que el secretario Rubio emprendiera su viaje, el enviado especial de Estados Unidos para América Latina, Mauricio Claver-Carone, se había referido a la última parada del secretario Rubio y declaró: “República Dominicana es uno de nuestros mayores aliados, si no el mayor, en el Caribe”.
“También ha sido el país más afectado por los desafíos y, francamente, el vacío creado por la administración anterior en Haití, que ha llevado francamente al caos en Haití. La República Dominicana es el país que enfrenta mayores desafíos al otro lado de su frontera”.
Mauricio reconoció el trabajo que ha hecho el gobierno dominicano frente a la crisis migratoria haitiana y su lucha por detener el narcotráfico: “Tienen que repatriar a unos 250,000 haitianos por año, y es un desafío extraordinario, y buscamos seguir apoyándolos, junto con la lucha contra el narcotráfico”.
“Es muy importante que la República Dominicana dé un paso adelante en ese sentido. El Caribe se ha convertido en el pasado en un punto de tránsito, y han sido grandes aliados en este sentido”.