Muchas mujeres víctimas de violencia sexual desconocen este tipo de violencia como delito, de ahí que mayoría no lo denuncian.
Así lo evidencia un estudio que reveló que el 44% de las mujeres encuestadas dijo haber sido víctima de algún tipo una agresión sexual, pero sólo el 16,5% de ellas denunció los hechos ante las autoridades.
El 40.4% indicó como motivo para no denunciar que no conocía que la agresión constituía un delito “lo que evidencia una falta importante de información y concientización sobre los derechos y la legalidad en estos casos”.
El 33.9% no denunció por miedo a su agresor y el 13.2% por entender que las denuncias no sirven para nada. Un 17.2% prefirió no responder o que no sabe, “lo cual podría estar vinculado a temor, estigma o desconfianza”.
Los datos están contenidos en “Estudio de profundización de la caracterización y efectos de las agresiones sexuales sobre las mujeres”, realizado por Joel Arboleda y Aricel Pérez, bajo coordinación general de Syra Taveras, Lorena Seijo, Graciela Morales y Tania Alfonso.
La publicación fue desarrollada por el Centro de Investigación para la Acción Femenina (Cipaf), en colaboración con Agareso y el Grupo Arista.
“La infradenuncia puede explicarse por un dato aún más preocupante, apenas el 18.8% reconoció lo vivido como una agresión en el momento en que ocurrió. Cuando la agresión se produjo siendo menores de edad, 53.8% de las personas entrevistadas indicó que sus padres o tutores no se enteraron de la agresión sufrida”, indica el estudio.
Formas de agresión
Las formas de agresión son más extendidas, incluyen envío de fotos íntimas sin consentimiento, 25,6%, ofrecer dinero a cambio de relaciones sexuales, 24,7%, comentarios o sugerencias sexuales no deseadas, 24,6%, contacto físico no consentido, un 1 9%, acoso digital, 1 8,1% y acoso presencial en un 11%, intento de violación, 12% y violación un 8,7%.
Derechos
Otro hallazgo del estudio es que el 75,8% de las mujeres agredidas no asistieron a un centro de salud, siendo la principal razón en un 73,8% por no considerarlo necesario, seguidas del desconocimiento sobre si debían hacerlo (11.0%). “Este dato está muy relacionado con que un 30.6% desconoce los derechos que le asisten tras una agresión sexual”.
El estudio también reveló que las agresiones sexuales son más frecuentes en áreas urbanas, siendo la región Metropolitana la de mayor incidencia (38.6%).
El perfil de agresor es un hombre adulto, en el 93% de los casos, En el caso de las mujeres que sufrieron la agresión siendo adultas, en el 63,2% de los casos el agresor es parte del entorno cercano y supuestamente seguro de la víctima: un amigo o conocido con un 31.7%, la pareja como el agresor en un 17.7% de los casos, y algún familiar en el 3.8%.
El agresor es identificado como un desconocido en el 46.8% de las entrevistadas. El porcentaje sube hasta el 73,4% cuando las víctimas son menores de edad, siendo un 24,2% un familiar.
Esto va en correlación con los datos que muestra que un 73,7% de los casos ocurrieron en lugares “confiables” para la víctima, como su propio hogar, con un 37.1%, seguido de en casa de un relacionado (11,4%) y donde un familiar (1 5,2%). En lugar público o la calle serían solo un 23,5%. También destacan los casos ocurridos a través de redes sociales (7,6%). Los porcentajes más bajos se reportan en la escuela (4,5%) y el trabajo (2,3%).