La arquidiócesis de Cracovia confirmó la muerte de la hermana Cecylia Maria Roszak a los 110 años, la monja de origen polaco que se creía era «la más anciana del mundo».
Sor Cecylia nació como Maria Roszak el 25 de marzo de 1908, en el pueblo de Kielczewo ubicado al centro oeste de Polonia. Luego de graduarse de una escuela comercial a la edad de 21 años, ingresó al convento de clausura de las hermanas Dominicanas en Cracovia, en el monasterio comúnmente conocido como «On Gródek».
En 1938, viajó con un grupo de sus hermanas a Vilnius, hoy territorio de Lituania pero en ese entonces parte de Polonia, donde las monjas pensaban establecer otro convento pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial las obligó a cambiar de planes.
Durante dos años Vilnius estuvo bajo ocupación soviética y luego bajo control alemán tras la invasión nazi. Durante ese período, sor Roszak y sus hermanas, guiadas por su superiora la madre Bertranda, escondieron a 17 miembros de la resistencia judía en su convento, arriesgando sus propias vidas en el proceso.
Según el Yad Vashem – Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá, los judíos que encontraron refugio en el convento eran miembros del movimiento clandestino ilegal conocido como Judío Sionista.
«A pesar de la enorme diferencia entre ambos grupos, relaciones muy cercanas fueron formadas entre las religiosas cristianas y los judíos seculares de izquierda. Los pioneros encontraron un refugio seguro detrás de las paredes del convento, trabajaron con las monjas en sus cosechas y continuaron con sus actividades políticas» compartió el centro Yad Vashem.
Una vez finalizada la guerra, sor Roszak y sus hermanas Dominicanas volvieron al convento de Cracovia que había sido cerrado. Allí cumpliría funciones como portera, organista y cantora, además de priora en varias oportunidades.
En 1984, Borkowska y las monjas que habían habitado el convento de Vilnius fueron galardonadas con el reconocimiento del museo Yad Vashem como «Justos entre las Naciones», el cual destaca a los no judíos que arriesgaron sus vida, libertad y posición para ayudar al pueblo judío durante el Holocausto.
A los 101 años de edad, sor Roszak fue sometida a una operación de cadera y rodilla pero siguió con sus actividades habituales, como unirse a sus hermanas en plegaria o visitar a las religiosas que se encontraban enfermas.
El 25 de marzo de 2018, sor Roszak celebró su cumpleaños número 110 en el convento, donde recibió la visita del arzobispo Marek Jedraszewski de Cracovia.
Consultada sobre el secreto de su longevidad, la hermana Cecylia dijo en su momento que «uno debe rezar y aprender idiomas» algo que cumplió al pie de la letra con su manejo del polaco, inglés, francés, latín y alemán.