El militar al que la presidenta brasileña Dilma Rousseff reconoció como uno de sus torturadoresdurante la dictadura que tuvo lugar del año 1964 a 1985, falleció en Sao Paulo según informó la prensa local el viernes.
La Comisión de la Verdad, que investigó durante casi tres años los crímenes cometidos por el régimen militar, acusó al capitán Homero César Machado de dirigir torturas contra la actual mandataria y otras tres personas.
La fiscalía lo denunció en noviembre pasado junto a otros cuatro ex agentes de la dictadura por la muerte del militante Virgilio Gomes da Silva, detenido en septiembre de 1969 y asesinado poco después.
Machado murió el jueves a los 75 años, supuestamente de cáncer, y su cuerpo fue cremado este viernes en Sao Paulo.
La justicia nunca se pronunció sobre esa acusación, en virtud de una ley que data de 1979 y que amnistió a policías y militares que violaron los derechos humanos.
Rousseff contó que recibió golpes y choques eléctricos en pies, manos, muslos, orejas y un seno.
La mandataria enfrenta en estos días un proceso de impeachment en el Congreso, al que en sus discursos califica de «golpe de Estado», recordando su «lucha» por la democracia.
En la sesión en la que se aprobó hace casi tres semanas el impeachment en la cámara de Diputados, el legislador de extrema derecha Jair Bolsonaro homenajeó a otro torturador fallecido, el coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, «el terror de Dilma Rousseff».
«Creo que es lamentable, conocí a ese señor al que se refiere y que fue el mayor torturador de esa época y el responsable de muchos muertos», declaró la presidenta días después respecto a las declaraciones de Bolsonaro.
La Comisión de la Verdad confirmó 434 muertes y desapareciones durante la dictadura enBrasil, una cifra que dista mucho de las que reconocen otros países de la región que también sufrieron férreas dictaduras a finales del siglo pasado, como Argentina con 30.000 desaparecidos, según organizaciones de derechos humanos o Chile con 3.200 muertos y unos 38.000 torturados.