Corría el año 1522 cuando, residiendo en el Alcázar frente al río Ozama, María de Toledo, esposa del virrey Don Diego Colón, da a luz a su primogénito: Luis. El nieto de Cristóbal Colón se convirtió en un mujeriego que, según el historiador Emilio Rodríguez Demorizi, pudo inspirar el don Juan Tenorio de la obra El burlador de Sevilla, escrita por Tirso de Molina (Fray Gabriel Téllez), quien por dos años desde 1616 vivió en una celda del convento de Las Mercedes.
Amoríos y bigamia
Los escándalos de Luis Colón empiezan en 1539 cuando, en ruta hacia Guatemala, llega al palacio Pedro de Alvarado con su esposa y su corte. De María de Orozco, una de las damitas acompañantes, se enamora locamente.
En la planta alta de la mansión, separados por una puerta cerrada con candado, con resquicio que permite verse y darse las manos, los dos se unieron por el vínculo del matrimonio ‘por palabras de presente’, ceremonia basada en el texto del código de las Siete Partidas. Al día siguiente, ante testigos ratifican su intención de casarse, provocando la cólera de la virreina. A María de Orozco la encierran en el oratorio del Alcázar hasta su marcha a Guatemala, donde fue casada.
En 1546, Luis Colón celebra en el Alcázar su boda con María de Mosquera. Mas en 1550, camino a España, María de Orozco regresa con su marido e hijos, y Colón solicita al obispo que por su boda por palabras de presente le sea entregada como esposa. Se reúnen teólogos y juristas, pero en España declaran no válida dicha solicitud. Por tal escándalo, Mosquera y Colón rompen su matrimonio.
El marcha a España y allí se casa con Ana de Castro. Mosquera vive en el Alcázar y le engaña con Alonso de Villarreal, lo que en 1561 provoca que Colón pese a ser bígamo la denuncie por adulterio. Aunque se anula este matrimonio, ya en España había sido detenido y apresado por bígamo. La cárcel, empero, no detiene al mujeriego. Soborna a los guardianes y sale de noche seduciendo a Luisa de Carvajal, con quien parece se casó.
Por las coincidencias entre Luis Colón y el Tenorio de Tirso de Molina, el historiador Emilio Rodríguez Demorizi, en su novela La tertulia de los solterones, conjetura que el primero inspiró el don Juan de Sevilla. A esto agrega que Juan Martínez Tenorio se llamaba el oidor de la real audiencia de Santo Domingo, con quien el escritor debió tener relación de amistad. ¿Es o no es casualidad?
