Obama no va a ceder en su rechazo a Bashar Al Assad. Lejos de mostrar un resquicio de duda o de estar abierto a negociarlo, envió un aviso al presidente ruso, Vladimir Putin, en el que se atrevió a augurar la caída del régimen del dictador a pesar del respaldo ruso. El presidente norteamericano salía al paso de esa forma a los tres días de bombardeos que ha lanzado Rusia más en defensa de los islamistasde la oposición a Al Assad, a los que ayuda Estados Unidos, que contra los yihadistas de Estado Islámico. Y completó su advertencia a Putin con la afirmación de que «su entrada en Siria es de debilidad, no de fortaleza, aunque esté recibiendo mucha atención estos días».
Obama reiteró en su intervención ante los medios los ejes que ya expuso el pasado lunes en la Asamblea de Naciones Unidas, incluido el mantenimiento del respaldo a los moderados que se oponen al dictador, a fin de que «se pueda poner en marcha una transición con un Gobierno en el que no esté Al Assad». Y remachó: «Vamos a seguir combatiendo a Estado Islámico, como creo que todos queremos, pero rechazamos la teoría de Rusia de que no se puede hacer sin el actual régimen sirio».
Durante su comparecencia ante los medios, Obama intentó contraponer en todo momento su modelo de política exterior con el que aplica el presidente ruso, cuando que aseguró que «Estados Unidos no va a imponer una solución en Siria». Y en esa línea argumental, mostró su convicción de que, frente al aparente fortalecimiento de Rusia en Oriente Próximo, y en particular en Siria, Putin «está solo con Irán, mientras que todos los demás estamos lejos del apoyo a Al Assad». En otras palabras, Obama aseguró que Rusia «está poniendo dinero y medios, pero eso no te garantiza el éxito». Fue en ese momento cuando insistió en la que ha sido columna vertebral de su discurso en política exterior, que también diferenció de la que se aplicó durante la presidencia de George W. Bush, aunque no le citó: «No vamos a repetir los errores de Irak y Afganistán».
El presidente de Estados Unidos, que elevó varios grados el tono de su crítica a Putin con relación a su pasada intervención en la Asamblea de Naciones Unidas, fue especialmente contundente con el presidente ruso cuando aseguró que «puede estar teniendo buenos resultados dentro de su país, pero eso es relativamente fácil cuanto controlas los medios de comunicación».