Las relaciones son excelentes, pero soy de la escuela en donde es mejor estar solo que mal acompañado. Algunas relaciones comienzan siendo dulces pero terminan amargas, otras dudosas desde el principio.
Otras son perfectas, pero el hecho es que la persona que está contigo, no es realmente la perfecta para ti. Si te preguntas si estás con la persona equivocada, aquí hay algunos signos para que sepas si es que puede ser:
1. Tienes esa constante sensación de que algo no está bien
Este es uno de los signos más sutiles, porque ese sentimiento de que “algo va mal” puede venir desde la oficina, el mal tiempo, o de algo que te sentó mal al almuerzo, pero también puede ser tu relación.
Dale un tiempo a ese sentimiento para que pase, quizás sea algo pasajero, pero si no dejas de sentir esa sensación de náuseas, puedes empezar a plantearte si es que tu relación es realmente la que quieres tener.
2. Tu relación no es la mejor de las que has tenido
Tengo la teoría de que la relación en la que estás actualmente debe ser la mejor de todas las que has tenido. Si no lo es, tú sabes que puede existir una mejor, porque lo has vivido antes, entonces ¿no deberías tratar de buscar eso en el futuro?
3. Tus amigos y familia parecen estar evitando a tu pareja
La verdad es que la única persona la cual debe tener una opinión acerca de tu relación eres tú, pero tus amigos y familia son las personas que por lo general desean de corazón lo mejor para ti.
Si tus amigos suspenden los planes al momento que tu mencionas que vas con tu pareja, entonces deberías considerar si es que están tratando sutilmente de decirte algo.
Es probable que no vean lo que tu ves en esa persona, pero puede ser que no estén cegados por el amor y pueden ver que esa persona no te trata como lo mereces.
4. Te dijo que no te ama
Podrías pensar que esto no debería estar en la lista, pero muchas veces he escuchado a alguna amiga decir: “Bueno, él dice que ya no me ama, ¿qué crees que eso signifique?” Voy a decir lo que es obvio. Si alguien al cual tú quieres te dice sin filtro que no te ama, entonces no deberías estar con esa persona.
5. No te puedes imaginar un futuro con él, o no puedes dejar de imaginar como sería tu futuro sin él
Hay personas que son muy entretenidas para pasar el momento, pero cuando tratas de imaginarte con ella en cinco o diez años más, tu cabeza se queda en blanco.
Puede ser porque tienen diferencias de opinión fundamentales (si quieres -o no- tener hijos, dónde quieres vivir, qué estilo de vida quieren llevar), puede ser que estés saliendo con alguien completamente diferente a ti sólo porque eres joven y puedes.
Esta persona es perfecta si es que no estás buscando una relación a largo plazo, pero si quieres algo que dure y no ves que eso pase con la persona que estás, entonces no es el correcto. Es por eso que puede ser momento de hacer realidad ese sueño.
6. Existe otra persona que es para ti
Aclaremos las cosas: los triángulos amorosos son un desastre y el engaño sólo lleva a que alguno salga herido. Pero si sabes que existe otra persona por la cual estás más interesada, entonces debes darle una oportunidad.
7. Mantienes excusas para seguir con esa persona
“Acabamos de comprar pasajes para un crucero, así que después de eso quizás todo termine”. “Es temporada de bodas, y no quiero ir sola”. Si estás en este punto, probablemente ya sabes que tu relación no es la correcta, pero siempre puedes buscar razones para posponer la ruptura.
Puedes seguir buscando excusas para siempre, pero es mejor apretar el gatillo rápidamente antes de que despiertes un día en la mañana y te des cuenta de que has desperdiciado muchos años con alguien que no te gustaba tanto.
8. Lloras más de lo que ríes
Esta es mi prueba de fuego #1 para comprobar si debo seguir o no con esa persona. Si tu relación con alguien te lleva constantemente a esos llantos escondidos en vez de llevarte a esos ataques de risa, entonces no es la relación para ti.
Sí, todas las relaciones tiene etapas difíciles y algunas de nosotras somos más emocionales, pero tu ten por seguro que tu relación te debería hacer más feliz que triste.