El papa Francisco reclamó no obligar a funcionarios a casar a personas del mismo sexo

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«Una vez que se aprueba una ley, el Estado debería ser respetuoso de las conciencias. La objeción de conciencia debe ser posible en todas las jurisdicciones legales, porque es un derecho humano», señaló el papa Francisco, consulado por el diario católico La Croix.
El Parlamento de Italia aprobó el miércoles 11 de mayo la ley que legaliza la unión civil de parejas homosexuales, un derecho que ya existe en la mayoría de los países de Europa.
Las declaraciones del Sumo Pontífice coincidieron con el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, que se celebra hoy.
En Italia existe una fuerte resistencia de la curia en cuanto a la sanción de la nueva ley. Angelo Bagnasco, cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), calificó de «incomprensible» la atención que recibió el tema en detrimento de otros, como los «efectos devastadores» de la adicción al juego, el aumento de la pobreza y la falta de empleo.
En 2013, el Papa se había excusado personalmente de «juzgar» a los homosexuales, mientras que durante su histórica visita a Estados Unidos también se reunió con Kim Davis, una funcionaria que fue detenida por negarse a realizar bodas homosexuales.
El papa Francisco fue consultado por La Croix sobre otros temas de actualidad.
A la pregunta de si Europa puede «acoger a tantos migrantes», el Pontífice respondió: «Es una cuestión justa y responsable, porque no se puede abrir las puertas de par en par de manera irracional».
En una visita el pasado 16 de abril a la isla griega de Lesbos, una puerta de entrada de migrantes en Europa, Francisco volvió a Roma acompañado de 12 refugiados sirios, en un momento en que Europa hace frente a un profunda crisis migratoria que la divide políticamente.
«La cuestión de fondo es por qué hay tantos migrantes hoy», agregó. «El problema inicial son las guerras en Oriente Medio y en África y el subdesarrollo del continente africano, que provoca hambre», destacó el papa Francisco, quien también subrayó «la cuestión de un sistema económico mundial sumido en la idolatría del dinero».
«En Bruselas, los terroristas eran belgas, hijos de migrantes, pero venían de un gueto. En Londres, el nuevo alcalde [Sadiq Khan, hijo de migrantes paquistaníes y musulmán] prestó juramento en una catedral y será recibido sin duda por la reina. Esto muestra a Europa la importancia de recuperar su capacidad de integrar», destacó.

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