Tom Hanks, uno de los más destacados actores de Hollywood, realizó un crudo sinceramiento sobre su juventud que sorprendió a la prensa mundial. Refiriéndose a la diabetes tipo 2 que padece, el artista se confesó un «absoluto idiota» por la vida que desarrolló cuando era más joven.
Con 59 años y luego de haber hecho público su padecimiento, Hanks volvió a hacer referencia a esa enfermedad: «Soy parte de una generación con pereza que ha seguido bailando ciegamente y ahora se encuentran con una enfermedad. Estaba pesado. Me han visto en películas, saben cómo lucía. Fui un absoluto idiota».
Hanks cree que haber sido padre desde muy joven (21 años) ordenó en parte lo que hubiera sido la ruina para su salud. «Fui afortunado. Tenía a cargo a mis hijos desde una edad muy temprana, por eso no tuve el lujo de engordar demasiado. Nunca bebí demasiado».